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51. El objeto de mi deseo - Cinturón verde (Parte II)

Posted by Juan K Peña on martes, diciembre 23, 2008
Han pasado tres días. La noche previa al examen solo pude dormir una hora. Lo que se asemejaba a mi ‘room mate’ viajaba de vuelta a su país. Se le ocurrió empezar a armar su maleta a las 03h00. Terminó de armarlas a las 04h00, solamente para ponerse a tocar la guitarra y a hablar por el celu a todo pulmón. Tenía muchas ganas de ‘putearla’, pero me aguanté. Hace días que no nos llevábamos bien. Calificaba en el top cinco de antisociales con los que he vivido. Algún rato van detalles sobre el tema, hoy lo importante es que terminé durmiendo una sola hora para el examen más exigente que he tenido en mi vida.

Salí a las 06h15 de casa. Jugo de mora, una ración de queso y una banana de desayuno. Para nada mi preparación había sido lo planteado, pero no era momento de arrugar. Esta semana había dudado mucho sobre lo preparado físicamente que podía estar, pero en este momento era tarde para arrepentimientos, caminaba hacia mi reto. Recordaba ciertos detalles de las conversaciones con mi maestro que me animaban a pensar que las cosas no serían tan difíciles, porque ya había pasado por lo más complicado.

No fue así. La dureza de mi maestro superó todas las expectativas que tenía. La preparación se quedó corta al lado del esfuerzo desplegado durante todo el examen. Talvez no fue tan largo como pensaba, pero fue tan intenso que la teoría de la relatividad tuvo mucho más sentido en ese momento. No es igual una hora con Natalie Portman que tres minutos debajo del agua, lo segundo dura mucho más. A lo mejor, el examen no fueron como ‘tres minutos debajo del agua’, pero estuvo cerca. Deshidratación total, un cansancio terrible y una hora luego del examen, a pesar de ya haber desayunado bien, empecé a sentir un frío terrible en el cuerpo, que era tan molesto como los golpes mismos.


Ejercicios de endurecimiento, creo que los fallé todos, estando lesionado. O al menos, hice una exhibición pobre. En Light contact no pude haber sido más defensivo, y la verdad es que de ‘Light’ tuvo poco, pero fue una pelea inteligente, contragolpeé bien, y me defendí con mis extremidades más sanas. En pelea de piso, también estuve inteligente, pero el cansancio se notó mucho. Me sorprendí a mi mismo con algunos movimientos que demostraron que he mejorado. Mis fuertes fueron la demostración de las técnicas de sumisión y creo que en kata estuve excelente.

Cuando todo terminó y esperaba la llegada de mi cinturón verde pude ver el fénix en mi espalda arder otra vez, renacer otra vez. Todas las memorias de situaciones y personas que me han hecho bien o mal reaparecieron y las recordé claramente, se mezclaron con el dolor físico. Estaba sobre una nueva cima y podía ver todo allá abajo con una paz y una extraña sensación de anestesia… Minutos más tarde me arrodillaba, me desprendía de mi cinturón azul para tomar el verde. Lo había logrado. ¿Y ahora qué? A descansar, recuperar las lesiones y empezar a divisar mi siguiente objeto de deseo.

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50. El objeto de mi deseo - Cinturón verde (Parte I)

Posted by Juan K Peña on martes, diciembre 23, 2008

- ¿Y qué quieres por Navidad?
- Mi cinturón verde, al Barça campeón de invierno y a vos… o un clon tuyo.
- ¿Yo? Yo no soy nada especial.


Esta Navidad, el objeto de mi deseo es un cinturón verde en kaju kenpo. En realidad, es lo único que quiero, porque depende de mí. Nada me llama más la atención… En un año he pasado de ‘All I want for Christmas is you’ a una especie de quemeimportismo bárbaro en estas fiestas.

Sospecho que he estado bordeando una etapa huraña, hosca y agresiva nuevamente. Esto solamente se ve amainado por las múltiples lesiones que he sufrido estos días y que no mejoran conforme se acerca la fecha del examen. Me enfrento otra vez a mi lado oscuro y no lo encuentro desagradable, no me molesta. No, no hablo de Anakin Skywalker convirtiéndose en malo; hablo del momento en que el tigre muestra sus patas gruesas de vuelta sobre la hierba y el dragón se va a dormir, que mi espiritualidad no va a aflorar tanto, porque lo físico se impone, que la sensibilidad se queda callada ante la voz rugiente de la reactividad. Hoy lo noté. Estoy impaciente.

Lo único que me retiene de entregarme completamente a ese maremágnum de sensaciones es que me encuentro bastante herido. Creo que nunca he sufrido tantas lesiones juntas. No vale la pena entrar en detalles, pero vale decir que soy derecho y me toca pretender que soy completamente zurdo para poder pelear y que tampoco sirve de mucho.

Si, estoy impaciente, pero no es la impaciencia del enamorado que a las cuatro le empieza a latir el corazón más rápido porque quedó a las seis con su novia. Es la impaciencia de la intolerancia a diferentes cosas que detesto, como la estupidez, el intento de engaño, la promesa falsa o incumplida, a las ‘amistades’ oxidadas… No sé, ¡Hay tantas cosas! No, no soy malagradecido. Al fin y al cabo siempre somos los que fuimos y siempre se nos unen los que deben ser y eso es inmensamente rico. Obvio, para todas esas personas entrañables no existe el olvido, pero no puedo negar que hay cierta melancolía de ver como otras se vuelven sombras por propia elección. Antes, eso me desesperaba en una especie de ‘no te salves’ de Benedetti. Ahora es distinto, ahora es ‘Por favor, adelante, sálvate! Te aplaudo mientras lo haces, ahí está la puerta, no te compliques, toma la decisión más fácil… Aparece de vez en cuando, háblame de tus eventos y tu superflua vida social, de tus viajes y tus mundos, continúa demostrando que te salvas, una y otra vez, no sólo hoy, sino siempre’.


Por eso, no como niño bueno, si no como niño malo, esta Navidad lo único que quiero es mi cinturón verde. Y me da lo mismo que me digan que soy muy capaz de lograrlo como que me digan que soy un inútil y que no lo voy a lograr, porque al tigre no le van los halagos, ni le valen las amenazas. Dame bala, dame veneno, cáeme a palos, enfréntame, intenta destruirme, intenta dañarme, regodéate en tus intentos, siente orgullo si de alguna forma me sacaste una reacción, y cuenta los minutos, cuenta mis pasos. El tigre sale de cacería pronto y quiere su cinturón.


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49. You got mail - El sueño del Pibe

Posted by Juan K Peña on lunes, diciembre 15, 2008 in , ,

Por fin llegó la carta que estaba esperando como agüita de mayo. Era de la Escuela de Entrenadores de Fútbol en la que estudiaré. ¡Estoy oficialmente matriculado! Si bien no he ganado nada, es una especie de ‘pole position’.

Me da mucha tranquilidad. Tenía tres opciones, como casi siempre y en todo, y creo haber elegido la mejor. Estoy un poco más cerca de uno de mis muchos sueños, que no son sólo sueños; porque soñar es gratis. El trazarse metas, trabajar por ellas cuesta mucho, hay sacrificios y dolor de por medio. Soñar es gratis y es un principio, pero es sólo el principio.

Aparte, en una carrera uno se junta con un montón de soñadores. Es curioso que entre tantos soñadores, al que mejor le va generalmente es al que más tenga los pies en la tierra. ¿Quiénes serán mis compañeros en esta nueva travesía? ¿Quiénes serán mis nuevos amigos? ¿En qué consisten los nuevos retos?

¡Hay tanto por hacer! Estoy muy entusiasmado y ansioso. No siento nada de miedo, sino deseos de empezar ya mismo. Sentí un poco como que el tema de 'El sueño del pibe' se hacía realidad conmigo.



diego maradona y luciano pereyra - el sueño del pibe.mp3 -

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48. Declaración de principios (parte I)

Posted by Juan K Peña on viernes, diciembre 12, 2008 in , ,
A veces encontramos a personas que parecen perfectas, o al menos perfectas para nosotros. Poco a poco, su perfección se desfigura, porque la perfección humana está cargada de defectos.

De repente ella hace cosas que te molestan, que te ofenden, que no te gustan, que desprecias, que te desilusionan o que te decepcionan, que no es lo mismo. Nada de esto debe afectarnos, aunque a veces nos molestemos, ofendamos, disgustemos, despreciemos, desilusionemos o decepcionemos. No, no debe afectarnos.

Cuando uno logra ver la luz no hay razón para nublarse. Ahora, cuando conozco una chica que me interesa, me llama la atención o creo que tiene posibilidades de ir más allá que ‘una simple chica’, me repito lo siguiente:

‘Voy a disfrutar de la compañía de esta mujer, mientras sea disfrutable, mientras sea algo bueno para mí. En el momento en que ella se vuelva una molestia, un dolor de cabeza o un cúmulo de incertidumbres, me largo. No necesito problemas, silencios innecesarios, ni drama en mi vida. Mi felicidad es mucho más importante que esta mujer… Hasta que ella pruebe lo contrario.’


No sé, lo encuentro sano. Muy sano.

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47. Vivir para contarla

Posted by Juan K Peña on lunes, diciembre 08, 2008 in , , ,

La vida no es la que uno vivió, sino la que uno
recuerda y cómo la recuerda para
contarla.

Gabriel García Márquez


Últimamente mi vida se mece entre la rutina y lo imprevisto. A veces necesito esa rutina, que no es rutina, sino un orden, una estructura para mantenerme seguro y apuntar al siguiente puerto. Pero también amo la locura de lo imprevisto… Quiero saber ¿hasta donde puede llegar mi cuerpo, hasta donde puede llegar mi alma, y hasta donde mi mente va a tolerar tanta ambición de las dos? Empiezo a preguntarme si el terreno que va más allá del dolor es lo suficientemente amplio como para que valga la pena visitarlo, quedarme un rato y talvez traer recuerdos para la familia. Mis sentimientos siguen siendo imprevistos, pero aún se mantienen en una tibieza que no termina de convencerme. Tan tibios son que no me interesa la opinión de la mayoría de mis interlocutoras en este tema.



Quiero seguir saliéndome del promedio, de la fila, del guión y de la ruta..., crear una historia distinta, que valga la pena ser contada, narrada, repetida, porque eso es lo que cuenta ser protagonistas de nuestras vidas, y de vez en cuando de la vida de alguien más. Quiero seguir saliéndome con la mía. Creo no estar loco, aunque mucha gente piense lo contrario. Mejor dicho, admito mi locura, solamente como un paso previo, ineludible y muy necesario de la genialidad. Por tanto, se que mi locura es tan posible, en la medida que lo es mi genialidad. ¿Mejor rechazamos las dos cosas?

No estoy desquiciado, pese a seguir entrenando y peleando con un codo dislocado. No estoy desquiciado por haberme liberado de la práctica del derecho, no estoy desquiciado por no haberme enamorado hasta ahora. Más bien estoy algo ‘gafado’, por eso, por lo último. No estoy desquiciado por encontrar altamente sosas y desabridas las fiestas de esta ciudad. Amo la vida y amo los toros de lidia, pero corriendo libremente por los pastizales. No entiendo la música repetitiva y ensordecedora con el desencanto y tristeza propios de los acordes andinos en un autobús destartalado en un clima que no pasa los cinco grados como un elemento imprescindible para disfrutar de una fiesta. Eso, entre otras cosas…

No estoy desquiciado por pensar que tengo derecho a aspirar a una vida más rica y profunda que la que he llevado hasta ahora, o inclusive más rica y profunda que la de muchos que me critican por esta decisión. No estoy desquiciado por ser sumamente selectivo, especialmente con las mujeres. A lo mejor, si estoy loco, pero disfruto de mi locura y si me dejas te haré disfrutar de ella hasta volverte loca.

No respiramos el mismo aire, ni respiramos igual. El agua que bebo es distinta a la tuya. Mi agua sabe a verdad… talvez porque me sabe distinta a todo lo demás. No somos iguales y sin embargo, estamos aquí, tan cerca y tan lejos. He recorrido muy poco del mundo, pero mucho de mi mundo. El saber perder la razón, me ha dado mil razones para seguir, para volver a creer aunque solo en vos, aunque ya no en vos. ¿Hola? ¿Con quién hablo? ¿Por qué colgaste? Sabía que eras vos.

Quisiera saber cuando voy a morir. Me quitaría todos los miedos de una vez por todas que hoy puedo tener de una vez por todas. Creo que sobreviviremos a nuestros malos gobiernos, o excelentes desgobiernos. Creo que aún creo en algunas cosas y en algunas personas. Creo que aún creo en vos. Y, sobre todo, creo en mí.

He estado demasiado tiempo bajo el agua. He camino suficiente sobre el fuego. He sobre pasado los límites de mi propio dolor y no hablo solo de mi alma… He estado solo lo suficiente como para llegar a disfrutar de mi compañía, de mi silencio y de una voz que habla desde dentro de mí y se expresa con una sabiduría que no me pertenece, sino a la energía del universo…

Estuve en un colegio católico que no logró robotizarme, he vivido en otras tierras, he pasado mucho tiempo lejos de casa, tanto que aún no sé donde quedó mi propia Ítaca. Tuve muchos amigos que se perdieron en el camino y tuve otros tantos que se perdieron entre sus obligaciones laborales y su afán de calzar en un círculo social distinto, pero obvio, nunca calzarán en esos círculos al ser tan cuadrados los pobres. También tuve tiempo para transitar los caminos del desamor, talvez me he quedado en esos pagos demasiado tiempo, pero he aprendido mucho sobre el amor también en esos oscuros terrenos… ¿Qué más puedo decir? Estoy bien, estoy re bien…Francamente bien. Tengo muchas ganas de ver que viene después, que más puedo contar, porque uno simplemente ‘vive para contarla’, recordando lo mejor que hemos vivido y como lo hemos percibido… Eso, y solo eso es lo que he vivido. A lo mejor he de intentar, proyectando mis sueños, contarla para vivirla…

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46. Flaky behavior - Errores no forzados (parte II)

Posted by Juan K Peña on jueves, diciembre 04, 2008 in , , , ,
A la final nunca salimos con María José. Tenía algo que me gustaba y quería descubrir que era. No sé si era su cabello enmarañado tipo Hermione, su sonrisa inteligente o que era una chica que salía de los esquemas clásicos. No sé, me parecía una mujer capaz de encadenarse a su trabajo, pero jamás a su oficina. ¿Está claro, no? Olía a arte, a sensibilidad, a conversaciones largas y entretenidas, pero no… nada de eso llegó a desarrollarse.

Recientemente, una amiga me decía que ha desarrollado una alta intolerancia a los errores de los hombres. ¿Me pregunto si me está pasando lo mismo con las mujeres? La actitud ‘flaky’ de María José fue evidente, lo quiera o no. Habíamos quedado en salir, pero todavía no nos habíamos puesto de acuerdo en los detalles, qué, cómo, dónde, cuándo... que vienen a ser detalles totalmente complementarias cuando estábamos de acuerdo en salir.

- Almorcemos este viernes.- Dijo ella
- ¿Este viernes?
- Si, es el día que puedo…- Me dijo, añadiendo que andaba hecho loca con su trabajo.
- Perfecto, entonces el viernes nos vemos.

Para ella era un viernes más. Un viernes, talvez como cualquier otro. Sólo que en la mañana tenía un examen y tenía mucho trabajo y tareas que hacer. Para mí no. Para mí era mi cumpleaños. Estaba arreglándome para salir cuando me llegó un mensaje cancelando. Decía que no podía porque tenía que hacer un trabajo en grupo. Y que si yo quería que nos viésemos más tarde.

Supongo que se le pasó el pequeño detalle que yo tenía el mismo examen que ella tuvo en la mañana, en la tarde. Recuerdo que cuando mis amigas me vieron con la cara larga y se enteraron lo que me pasaba, la querían matar. Casi me hacen jurar que yo la plante de vuelta cuando ella me invite.


¡Obvio que no! Obvio que aseguré que si ella me invitaba, yo si iría, sólo para mostrarle ‘mi clase’ (mi encanto, mi swing y mi charm, como diría Fito). Lo raro es que, aunque sé que eso le importaba mayormente, yo tampoco fui en cada otra oportunidad que tuve. No fui a su cumpleaños, solamente la llamé. Me dijo que estaría con sus amigos y amigas en un club y que fuese. Yo le dije que lo intentaría, pero no fui.

Más tarde me invitó a una obra de teatro en la que ella actuaba, y la verdad quería ir. Pero tampoco fui, y no fue una sola presentación, sino dos a las que supuestamente podía ir. Imposible. Una de las veces tuve que quedarme con mi hermana chica en casa y la otra vez, tuve que ir al médico y salí tarde.

No lo hice conscientemente, pero no iba a los posibles encuentros que podíamos tener. Sin embargo, al enviar los mensajes diciendo ‘lo siento, no puedo ir… espero que haya ido todo bien’, siempre tuve la sensación que había consumado una venganza. Era una sorpresa para mí mismo.

Cuando analicé todo en frío, caí en la cuenta que su primer desplante me había hecho perder cualquier interés serio en ella, y por más que me gustaba, que veía cosas lindas en ella, era obvio lo que estaba pensando. Cuando tenemos muchas opciones, de forma consciente o no, buscamos mecanismos para descartar aquellas opciones que por una razón u otra no nos convienen. Creo que hombres y mujeres tenemos esta capacidad para descartar aquello que no nos conviene. Pero, claro, como generalmente los hombres proponen y las mujeres disponen, son ellas las que hacen el descarte. En este caso en particular, traduje el comportamiento ‘flaky’ de ella como una señal inequívoca de una persona poco seria, que no muestra respeto y no da a los otros la atención que recibe. Ojo, no es que ese comportamiento significa eso inequívocamente, pero es como se percibe de buenas a primeras.

Sospecho que María José es una chica que vale la pena y talvez no tuvo conocimiento de que era mi cumple ese día, y me plantó. Pero… el desconocimiento de la norma no te exonera del delito, no?

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45. Tres versiones de una cita a ciegas (parte III - Me toca a mí)

Posted by Juan K Peña on martes, diciembre 02, 2008
ADVERTENCIA! Esta es una historia real, pero caleidoscopicada. No son tres historias, es una misma desde tres puntos de vista distintos. Esta es la tercera parte, y como diría Wisin en RAKATA: 'Me toca a mí', decir lo que pienso, como lo vi y como creo que acaba.

Mi mes de vacaciones en Buenos Aires está por terminar. La verdad es que muchas vacaciones no tuve. Pasé trabajando y ultimando detalles para venir a instalarme acá.

Precisamente, una noche luego de asistir a unas clases como oyente en la escuela de ATFA en Núñez, decido tratarme bien y cenar en un resturante japonés. Mi fascinación por el sushi hacen que no pueda pasar ni 20 días sin probarlo. Mi caminata noctura me lleva al Miyoshi Sushi. Parece un buen restaurante.

Estoy por entrar cuando viene un flaco, rubio y un poco más alto y casi me atropella. Lo dejo pasar y le digo.

- Cuidado! Al ver que va a pisar un pedazo de mierda de perro.
- Cuidate vos, nabo!
- Me grita.

No estoy para peleas, es más divertido ver que pisa mierda. Me hago a un lado, al ver que empieza a saltar en un pie y a sacudir el otro. Entra como si ya se hubiese limpiado del todo dejando una estela de porquería al caminar.

Al entrar, me tomo mi tiempo para ver la decoración y el lugar. Escucho, sin embargo, que el tipo pregunta por ‘Claudia Bosch’. ¿Cuáles son las posibilidades de que se trate de MI Claudia? (Aunque tan mía ya no es, y talvez nunca lo fue). Siento una leve agitación que me dice que si, que será ella quien esté ahí o por llegar y si la veo, (y peor si la veo con ese imbécil), no sabré como reaccionar.

La chica me dice que me atienden enseguida. Sonrío para asentir. Le pido una mesa en específico que tiene vista a la que ocupa el flaco que preguntó por Claudia. Pasa media hora y empiezo a pensar que Claudia, (si es que se trata de mi Claudia) no saldría con semejante ejemplar, que a lo mejor si es ella, para entonces habría recapacitado y no llegaría. Ordeno un poco de sake para empezar la espera.

Durante la espera veo unas demostraciones de tan malas y bajas costumbres que ruego que no sea Claudia la que llegue, porque me daría asco recibir solamente dinero de las manos de un tipo tan ‘insalubre’? ‘asqueroso’?

Llega Claudia y yo que me pensaba totalmente inmune a ella y nuestra historia, no puedo negar que aún me frustra verla ahí, pero a la vez me alegra y me extraña. Esta tan bella como siempre, a lo mejor está un poquito más mayor. Han pasado casi cinco años desde nuestro último contacto. Es como un sueño.

El tipo se levanta para saludarla de beso. ¿El beso? Me recordó a la forma en que Martín Palermo cabecearía un balón bajo contra el piso. Luego le ayuda a acomodarse en la mesa. ¿Le ayuda? Más parece una cargada propia de reggaeton. Totalmente inapropiado. Tengo deseos de intervenir, de decir algo, de asomarme, pero sé que ahora soy solo un fantasma y son esas palabras que aún recuerdo las que me permiten permanecer inmóvil, pero atento a lo que sucede.

Lo veo mordisquear los palitos de madera. ¡No puedo creerlo! ¿Quiere hacerla reir? Me doy cuenta que no es actuado. A lo mejor es producto del alcohol. No para de servirse vino y sake. La situación se vuelve cómica.

Más tarde veo a Claudia con cara de asco, como si fuera a vomitar. La miro hacer ademanes como que olfatea. Supongo que será el olor a mierda de los zapatos.

Sumi, mi mesera, una chica además de linda, muy agradable, me trae mi orden y empiezo a comer, cuando ella se va a retirar entablo conversación con ella de forma coqueta. La uso de escudo el momento que Claudia se levanta para ir al baño.

El rubio llama a Sumi, y parece que le pide algo como un desodorante, desinfectante o raid? Sumi vuelve con algún aerosol que el echa en sus pies y piso como si fuera AXE. Cuando Claudia vuelve escucho que menciona algo sobre escarabajos y gesticula para contar alguna historia ridícula.

Ahora es él el que se levanta. Sumi me pregunta si está todo en orden, le digo que si y que me traiga la cuenta. Parte de mi me dice que me levante, la tome por el brazo y la saque de ahí. Parte de mi, me dice que me largue y una tercera parte me dice que, me mantenga como el fantasma que soy, solamente cuidándola de que no acabe tan mal la noche como podría pasar una chica con un tipo así.

Salgo del restaurante. Ella no me ha visto. Me quedo caminando por la zona, un poco preocupado por la decisión que he tomado. Veo que salen juntos casi diez minutos más tarde. Salen abrazados y toman un taxi. Yo tomo el siguiente y pido que siga al que va delante.


Van a un hostal, ella se baja y lo carga como si fuese un muerto. Un hombre le abre la puerta y lo ayuda. Sin embargo, es ella quien lo carga como si fuese un muerto. Me bajo del taxi y me quedo pensando en si ella saldrá o no. Sale a los cinco minutos, agarra un taxi y se marcha. Yo volví en colectivo a la casa de mi hermana.

No, en esta versión no acaba la historia. ¿Quieres saber como acaba? Me cuentan que se casaron y vivieron felices… No, no te estoy cargando. Es verdad. ¿Felices para siempre? No sé. En todo caso, yo tengo la impresión de que ella sigue cargando con un muerto.

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45. Tres versiones de una cita a ciegas (parte II - Lo narra él)

Posted by Juan K Peña on martes, diciembre 02, 2008
ADVERTENCIA! Esta es una historia real caleidoscopicada. No son tres historias, es una misma desde tres puntos de vista distintos. Esta versión corresponde al blog de Lorenzo, se lo robé sin el más mínimo escrúpulo, por supuesto.)

Ayer sábado llegué en la tarde a Capital Federal para mi gran cita con Claudia, la ‘chica de noviembre’. La verdad estaba renervioso, hasta me dolía un poco la panza y estaba todo torpe como enfermo de parkinson tocando la batería. Me puse mis mejores galas. Unos jeans que yo mismo corté y una campera negra y un pulóver que me hizo mi abuela antes de coserme las manos. Para matar el hambre me compré una birra y un choripan, aparte ese era el perfume más adecuado para provocarle hambre a la minita, aunque mas bien me perseguían algunos perros callejeros de la zona.

Llego al restaurante del señor Miyagi, preguntando por 'Karatekit'. Grande Daniel-san! Me gasté media hora en remís! Pensaba que para ahorrarme lo del remís debí haberlo sacado una cuchilla o una yilé al remisero o algo, pero era un tipo grande (nota del dueño del blog: supongo que quiere decir gillette). Al parecer, el Miyagi era un comedero chino, cosa que me dejó molesto. ¿Qué carajo voy a comer en un restaurante japonés? Laptops? Fotos? Televisores? Al momento de entrar sentí que pisé suavecito… un pedazo de mierda de perrooooo, noooo! La reputa que…! Intento dar patadas al aire a lo calentamiento de River para quitármela del zapato y el sorete sale disparado para mis dedos. Que ascoooo! Pero, no tengo tiempo que perder, soy un tipo re ocupado. Así que entro porque como todo tipo ganador tenía una mesa reservada. Y viene una chinita a acomodarme casi en el suelo. En el suelooo! Y toda esa manga de chetos sentados en el suelo con sus mejores looks de otoño-primavera!

Pasa más de media hora y la turra esta no llega. Me miro las bolas, me rasco la cabeza, me pico la nariz y me saco un pedazo de cerebro. Al cuarto de hora, con cinco mocos en mi cuenta personal y un olor a mierda en la otra mano, veo entrar a una morocha impresionante con un pantalón negro, re pegadito y botas, remerita de tirantes con un escote que estaba como para buscar alguna cosa que se me pudo haber perdido y una camperita de onda militar, fashion total. ‘La mato a la hija de puta!’ Me pongo de pie como resorte, y me acerco sudando, todo nervioso y con un beso me presento. Ella se queda un poco sorprendida, sospecho que es por el perfume de chori-quilmes. La invito a sentarse… en el suelo como la gente importante.

Como quería ganármela a fuerza de ser lindo y no sabía por donde empezar, me acerco a su espalda y le pongo la mano en el pantalón y la arrimo a la mesa empujándola casi del culo, como todo campeón. Cuando vi la bombachita tipo hilo dental negro pegada a su piel, me imaginé que me la garchaba ahí mismo. Me imaginé la cara de enfermo sexual que debía tener en ese momento, ja!. Con un gesto casual y caballero le pasé la mano por el pelo, mientras volvía a mi sitio… Ahí me acordé del pedazo de mierda en los dedos… Soryyyy!!!!

Agarro el menú, la carta, lo que sea y pido lo primero legible que encontré. ‘Deme un Miyo-shi Sushi Cu-sinè’, le digo a la chinita con mi mejor acento oriental. La chinita hijadeputa me dice ‘Disculpe, ese es el nombre del restaurante’. Autogolazo, que superé con una sonrisa re ganadora, pero tan falsa como billete de dólar celeste, diciendo que era broma y que ella pidiera. Una comida de mierda! Me tocó aletas creo. Asi que me dediqué al vino y al sake ese. Intenté romper el hielo. Están un poco duros los palitos de pan, eh? … A todo esto, cuando por fin creía que iba a armar una oración con sujeto y predicado, Claudia dice que tiene nauseas y que algo le huele mal… Como no le iba a oler mal con el pedazo de mierda que tenìa en el pelo y yo que tenia un fósil de perro pegado en mi zapato. Le digo ‘Querida, andá al bañó. Refrescate. Yo me encargarè de todo’.

Eh, vos, chinchulina! Veni, que acá algo apesta, tenes un desodorante ambiental o algo? Si no traete RAID o algo! Dale, movete, para hoy! Claro, creo que como me vio cara de ser el peor de las chusmas me lo trajo rápido. Le digo a Chun li, que cuando vuelva Claudia le vamos a decir que estábamos matando un escarabajo pelotero. Momentos más tarde vuelve mi porteña morocha, diosa total. Se sienta con cara de asco, ademanes de re cheta incluidos. La versión que ella escucha: Un escarabajo pelotero se había colado en el restaurante arrastrando su bola de cacona. No me creía nadaaa! Me tocó decirle que los escarabajos esos se comen el humo de los cigarrilos.

Luego de tomarme yo solo el sake y casi todo el vino, por poco y me quedo ciego! La vejiga me iba a estallar ahí mismo. Y mientras ella hablaba y hablaba, mi mirada iba de teta en teta, y eso que solo tenia dos, pero relindas, sanas, atléticas, deliciosas, como para postre con alfajores de maicena y todo. Yo, tenia que tranquilizarme asi que fui al baño. Aún me acuerdo que meo durante horas, hasta quedarme la piel pegada a los huesos, todo deshidratado. Salgo del baño y voy dispuesto a soltarle los perros a la minita, sin intimidarme, comiendo de su plato y diciendole cositas sucias. Levanto la cabeza para mirarle a los ojos, todo ganador y veo una rubia??? Y Claudia? Aaaah, está a la derecha, me confundí de mesa! Sory!

De la vergüenza muevo la mano con nerviosismo, y un pedazo de pescado vuela a través del salón hasta golpearle en la cara a un pibe obeso. 'Miralo al pibe! Ta gordo! Come hasta por los ojos!' Yo me cagaba de la risa, hasta que vi al novio de la rubia embistiendo contra mi, tipo Pichot y Juani Hernández juntos y me levanté como pude pidiendole ayuda a la chinita que me ignoraba por completo.
Lo que pasó luego, no tengo la más remota idea. Me desperté en el hostal que me quedaba, solo. Por lo visto, no me la garché, pero esa misma mañana le dediqué tres pajazos a mi morocha, y todo eso antes del café con leche y medialunas, como todo un señor
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45. Tres versiones de una cita a ciegas (parte I - Lo narra ella- CB)

Posted by Juan K Peña on martes, diciembre 02, 2008
ADVERTENCIA!! : Esta es una historia real, pero caleidoscopicada. No son tres historias, es una misma desde tres puntos de vista distintos. Esta es la PRIMERA PARTE- Narrado por una 'amiga' a la que llamaremos 'Claudia Bosch'.)

Aún no puedo creer que Lorenzo me convenciese para salir la noche de su visita a Capital Federal este último fin de semana. La verdad, es que al principió lo vi recomplicado. Nunca había visto ninguna foto suya en mi vida, y lo único que conocía de él era su carácter infantil, inmaduro y egoísta, gracias a los mensajes zarpados que me enviaba por mail o los comentarios del mismo calibre que dejaba en mi fotolog. Pero, tengo algo de felina que seguro no son los ojos. La curiosidad me venció y ya que este chico iba a venir por mis pagos… ¿Por qué no?

A las diez de la noche nos encontramos en un restaurante que se llama, Miyoshi Sushi Cuisine, en la zona de Palermo. Es un resto japonés, un poco caro. Fue mi elección, obvio!

Llegué a eso de las diez y treinta. Pregunté si había alguien esperándome en la mesa que había reservado. La chica que atendía me llevó a la mesa donde me esperaba él, todo consumido por la impaciencia. Lorenzo. Se levantó para saludarme de un salto apenas me vio. Eso me ayudó para analizarlo: Rubio oscuro, con una barbita bien afeitada. Me atrevería a decir que incluso llegaba a lindo. Claro que tal como me lo había imaginado, cualquier cosa superaba mis expectativas.

Iba vestido con una campera negra y unos Levi’s con las características rasgaduras que hacen que unos pantalones de esos cuesten por lo menos 100 pesos más.

Se acercó y me dio un beso. Casi me taladra la cara, un boludo importante. No lo hubiese tomado a mal, pero su aliento era una nada sutil mezcla de choripan y birra. Pero bueh! Lo dejé pasar… Aunque eso me demostraba que muy inteligente, para ciertas cosas, no era.

Me ayudó a que me acomodara e intentó ayudarme a que me sentara poniéndome la mano donde la espalda empieza a llamarse culo y viceversa. Cuando por fin me senté pasó su mano por mi cabello de una manera tan peculiar como extraña, tocándome casi el cuello. Pensé que tampoco era tan tonto como creía.

Nos trajeron la carta y mientras mirábamos lo que nos ofrecían matábamos el tiempo hablando de cualquier cosa… el tiempo, su viaje, que le había traído por Baires. En cuanto llegó la chica, esperé a que él ordenara. Me quería morir!!! El muy pelotudo nunca había comido sushi en su vida, no tenía la más remota idea de qué pedir. Me moría de la vergüenza cuando le escuché pedir un ‘Miyoshi Sushi Cuisine’, con la pronunciación más castellana posible. La chica le dijo que ese ‘plato’ era el nombre del restaurante, el tipo del restaurante.

En definitiva, acabé pidiendo por los dos, mientras veía que la noche iba para largo y me preguntaba si aún quedaban hombres en la ciudad.

El mal rato no acabó ahí. La conversación iba bien, cuando veo que se mete los palillos a la boca y los empieza a masticar!

- ¿Estan como malos estos palitos, no?
- Lorenzo, no me jodas! Te estás comiendo tus palitos de madera!
- ¿Te gusta mi sentido del humor?
- ¿Me estás cargando?

Empecé a mirar el reloj. El techo, a los lados, sentía que la gente nos observaba y no me atrevía a mirar a nadie. Resolví pedirle a la chica que nos trajese un tenedor. De pronto, noté un olor a mierda impresionante que me entró la más terrible de las náuseas ahí mismo. Empecé a buscar por el piso segura que había algo por ahi, y le decía a Lorenzo que debíamos irnos ya mismo. El de lo más dulce me decía que me vaya a ‘refrescar al baño’, mientras el lo arreglaba con la chica.
Obvio, corrí al baño del local que tenía un aire totalmente puro comparado con la mesa en la que estábamos. Me tomo mi tiempo. Al volver estaba él conversando con la chica que estaba bastante incómoda y con la mesa olor a raid. Me empieza a contar ‘la fascinante historia de los escarabajos peloteros, y como es posible encontrarlos en Buenos Aires’… Mira vos! Justo debajo de nuestra mesa. Lorenzo insistía en que nos quedáramos, el viaje había sido largo.

Lorenzo apenas me dejó beber una copa de vino blanco. El se acabó todo el sake y lo restante de la botella de vino. Se levantó diciendo que volvería pronto, que le urgía el baño. Se iba tambaleando y yo seguía sumida en la más profunda vergüenza. No sabía si pagar e irme, pero no iba a poder volver nunca más, eso era seguro. Aparte, por lo menos eso: El iba a tener que pagar TO-DO.
Al regresar, aún tambaleante y con el botón del pantalón abierto, el chico se sienta en una mesa con una rubia que estaba acompañada de un chico con todo el aspecto de rugbier. Ante la actitud amenazante del rugbier, Lorenzo empieza a retirarse tocando los platos y las copas de su mesa, con tan mala suerte que lanza un pedazo de maki a la cara de un pibe sentado en la mesa de la derecha.
- Mira este pibe! Ta gordo! Come hasta por los ojos! Dice en voz alta molestando a los padres del nene.

El padre y el novio rugbier de la rubia se disponían a cagarlo a palos a Lorenzo. Asi que lo agarré de la camperita y me lo llevé. La suerte fue que estaba tan ebrio que con su tarjeta de crédito pagamos todo. Con la noche de mierda que me hizo pasar era lo menos que podía hacer por mi. Lo llevo hasta un hostel cerca de Congreso en el que se estaba alojando. Estaba totalmente ebrio y era como cargar un muerto. Me toco subirlo hasta su pieza. Lo acomodé como pude en su cama y le dejé una nota ‘Lorenzo, te ruego que si volves a Buenos Aires, no se te ocurra buscarme más…’

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44. Entrenando bajo mínimos (y sin mimos)

Posted by Juan K Peña on lunes, diciembre 01, 2008 in , , ,
No sé si tenga que ver con que estoy alcanzando niveles más alto de sensorialidad o de perceptividad, pero yo sabía que me iba a lesionar. Lo había soñado. Esa voz que no es la de mi conciencia, ni la de nadie que conozco, pero que a veces aparece y me dice lo que no quiero oír: ‘Estás lesionado’.


Por eso cuando escuché el chasquido de mi codo al dislocarse luego de que René me aplicase un ‘kimura’ con exceso de fuerza, no me sorprendí del todo, aunque no dejé de estirarme y enrollarme como producto del dolor. ¿Qué pasó? ¡Mi codo!

- ¡Cierra los ojos! ¡No mires! ¡Tránquilo! ¡Estira todo tu cuerpo! – Me decía mi sensei, mientras yo permanecía acostado sobre el tatami.

El se encargó de poner el codo en su puesto y debo decir que no sentí mayor dolor, aunque, sabía que había algún tipo de daño. Mi mayor preocupación se centró en dos preguntas: ¿De qué alcance es mi lesión? ¿Y si voy a estar bien para finales de diciembre cuando tenga mi examen de ascenso a cinturón verde?

No me alarmé mayormente. He sufrido lesiones de consideración a lo largo de mi vida y sé que no tiene sentido ‘comer ansias’. En estos casos es recomendable tener mucha paciencia y vivir la recuperación cada día, sin forzar.

Sin embargo, las voces de alarma se instalaron en mi casa. Mi tía, enfermera, y mi papá simplemente no creen la medicina ‘alternativa’, como ellos le llaman. Para mí, el término es algo despreciativo. La medicina oriental tiene total validez y está demostrando su efectividad. El dolor se ha reducido muchísimo y no me he perdido ninguna de las sesiones. He bajado la intensidad de los entrenamientos, porque aún me duele, pero tengo total confianza en el proceso de recuperación que he iniciado. Creo que los occidentales muchas veces mimamos demasiado nuestros cuerpos ante las primeras dificultades que encontramos. Nos imaginamos nuestros límites cercanos, y ponemos nuestras limitaciones aún más cerca. Nuestros cuerpos son sorprendentes y siguiendo el camino correcto son capaces de alcanzar el siguiente nivel. Ellos nos avisan cuando algo está mal en nuestras vidas. De hecho, es la piel la primera alerta que nuestro cuerpo enciende.

Sinceramente, no sé si me molesta tanto el codo o me molesta más la subestimación de mis conocimientos como Preparador Físico y Personal Trainer. Tengo un título de la Universidad de Córdoba que nadie me regaló. Por más cariño que haya de por medio, no es justo el desvalorar el conocimiento de la materia que uno pueda tener.

La lesión del codo no deja de ser una molestia y contratiempo. Tengo aproximadamente 20 días para perfeccionar las técnicas para el examen. Y aunque, por motivos laborales, intentaré negociar una extensión en el plazo, mi mayor duda radica en que por lo menos necesitaría un alta médica total en 13 días para llegar en óptimas condiciones a mi examen de ascenso de cinturón.

¿Es muy importante el cinturón? No y si. No, porque un cinturón no te dice que tan buen ‘peleador’ uno puede ser. Sin embargo, si dice que uno ha cumplido con un proceso de aprendizaje, con disciplina, fuerza, inteligencia dedicación, entrega, pasión y compromiso que me gustaría pensar son características que tengo.

Hay que admitir que el día que empecé a entrenar, yo mismo me puse los límites muy bajos. Pensé que con suerte dejaría de ser un cinturón blanco y que con mucha suerte, mucha entrega, y una lucha tenaz llegaría a ser cinturón verde. Estar a veinte días de esa fecha, hoy por hoy, parece irreal considerándolo desde ese punto de vista. Pero, si el cuerpo tiene límites mucho más lejanos de los que nos planteamos, peor podemos limitar nuestras mentes o espíritus. Son ellos quienes empujan toda la maquinaria.

Por ahora, lo dicho, paciencia y a vivir un día a la vez hasta ponerme totalmente bien. ¡Ojalá sea pronto! Obvio, no me quejo de entrenar bajo mínimos, pero si de tener que recuperarme sin mimos. ¿Qué le vamos a hacer? ¡No es tiempo de vacas flacas, si no que no es tiempo de nada! !Con lo bien que sienta que le hagan sana-sana a uno cuando está herido!


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43. Como me acuerdo - Robi Draco Rosa feat. Juanka

Posted by Juan K Peña on lunes, noviembre 24, 2008 in , , ,

Hoy quiero hablar de ti
de lo que yo te amé…
Me dueles tanto, tanto,
que sólo soy viento.
Viento llegó

Viento pasó,
y como me acuerdo

Yo pensé que vos eras la fugaz. Y resultó todo lo contrario, yo fui el fugaz para vos. Hoy quiero volver a hablar, de cuando yo te vi. Hoy quiero hablar de ayer y de lo que has cambiado. Yo tampoco soy igual. Hemos crecido estando separados. Hemos crecido y nos separamos. Nos distanciamos por espacio y por resultado. Somos distintos, amorAún me gustas. Y yo te gusto más, pero no estás aquí. Lo único que me duele, y me duele tanto, es ver como mis palabras que antes te tocaban, hoy solo te acarician, porque soy solo viento. Duele perder poder….

Sólo por ti viví, gracias a ti.
Yo sé…
Viento llegó…. Viento se fue….

Mi tiempo llegó. Mi tiempo pasó. Tu tiempo llegó. Tu tiempo se fue. Solo somos vientos, jugando a ser tornados, porque vos también fuiste solo viento… ¡Y yo me acuerdo, amor! Estar a tu lado, me acuerdo…. Me acuerdo como nos encontramos, nos calentamos, nos enfriamos y, ¡ay!, como chocamos. ¡Viento llegó… Viento se fue! Tiempo se fue. Tiempo murió. Y como te extraño.

Y como me acuerdo
¡Ay, yo te llamo!
Yo que te llamo
Donde estés, ven volando… a mi lado.


Me acuerdo de tu cabello y me olvido tu voz. Me acuerdo de tu nombre y me olvido de tu calor. Me acuerdo del dolor y me olvido del amor. ¿Te parece justo? Una vez lastimaste mi memoria selectiva, la volviste caprichosa. Y yo te extraño… Extraño todo lo que no me acuerdo de vos, porque todo lo que recuerdo todavía me pertenece. Donde estés, ven volando… Ven un rato. Sólo un rato, pero ven volando…y quédate, una noche, a mi lado. Ven volando, que la nostalgia me va a golpear.

¿Dónde andarás?
Lejos de mí.
¿Quién te dará
lo que te di?
¿Quién dormirá
abrazado a ti? ¡Como yo!

¿Quién te sentirá, como yo te sentí? ¿Cuándo enfrentarás la historia que dejaste atrás? ¿Quién leerá tu mente con solo mirarte, quien leerá tu corazón con solo imaginarte? ¿Quién leerá tu cuerpo con las yemas de sus dedos? ¿Solo yo? ¿Alguien más? ¡Nadie como yo! No hay marcha atrás, solo la senda en la que me quedé esperándote, pero ya no estoy más.

Como me acuerdo amor,
Como si fuera ayer
Viento llegó, viento pasó
Y tú no estás aquí.


Tu tiempo llegó. Tu tiempo pasó. Mi tiempo se fue, como el viento, amor. Y yo no estoy ahí con vos. Y vos te acuerdas, amor. Te acuerdas, pero a cuentagotas… Te acuerdas de lo que tú llamas esencia, pero te olvidas de los detalles que es lo que en realidad es esencial. ¿De qué te acuerdas, si mi mirada cambió?

Viento llegó, viento pasó, y yo, como me acuerdo, amor!
Y ay, yo te llamo, yo que te llamo…
Donde estés, ven volando… a mi lado.
Hey, voy a buscarte por donde estés
pa’ que vuelvas a mí
y así
nos volvamos
a enamorar.


Mi tiempo llegó. Nuestro tiempo pasó. Tu tiempo se fue. ¡Y cómo me acuerdo, amor! Como si fuera ayer, me acuerdo. Algún día te buscaré, buscaré a la que vos eras ayer, te buscaré en otras mujeres. Y con suerte, desde donde estés te traeré hacia mí para que por primera vez nos volvamos a enamorar.

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Preludio - ¡Cómo me acuerdo!

Posted by Juan K Peña on domingo, noviembre 16, 2008
¡Ay, cómo me acuerdo! ¿Será que los niños también envejecemos? ¿Será que ya no soy un muchacho más? ¿Será que todo el mundo tiene que llamarme ‘señor’, en tono de gente grande?

Hace unos días debido a algo que creía alergia al frío y terminó siendo resultado del estrés que puedo experimentar a veces, me sometí a una terapia de Reiki y Acupuntura. El maestro a cargo no podía ser otro que ‘El Sensei’. Una vez más, este hombre me ha demostrado su sabiduría e increíble poder, solo que esta vez no fue en combate si no en lo que se considera ‘medicina alternativa’, pero que más bien es la medicina ancestral japonesa.

Me recosté en la camilla, boca abajo, con la espalda descubierta mientras las agujas hacían su trabajo y yo escuchaba sobre ‘puntos chacras’ y ‘meridianos’. Intentaba entender que ocurría con mi ‘kundalini’ y encontraba explicaciones maravillosas a cosas que me ocurrieron o me siguen ocurriendo en el plano emocional, social, físico.

La activación de mis puntos chacras ha traído consigo recuerdos. Muchos recuerdos. Es como si muchas cosas que pensé olvidadas por años volviesen a aparecer y yo me hubiese convertido en un simple espectador que ve impasible el espectáculo de su propia vida.

Pero hoy no. Hoy haré el ejercicio de acordarme. Y… ¡Ay!, ¡Cómo me acuerdo! Como me acuerdo de mi abuela cuidándome cuando era niño. Cómo me acuerdo del olor a lluvia sobre el pavimento cuando iba al cole por las mañanas. Como me acuerdo de todas ellas de la A a la Z… Desde Alex hasta Zannah. Cómo me acuerdo del olorcito que uno siente cuando recibe un golpe leve en la nariz. Como me acuerdo, no de mi primera vez, sino de mi mejor vez… Como me acuerdo del vestido tornasolado de la flaquita de cabello castaño aquella noche que no quería bailar conmigo, pero terminó diciéndome ella para bailar… Como me acuerdo de los goles que marqué y de las patadas que recibí… Como me acuerdo de las promesas que me hicieron sin cumplir. Como me acuerdo de vos. Como me acuerdo de tu cabeza sobre mi pecho. Como me acuerdo de los amigos que quedaron en el camino…. Como me acuerdo de las cosas que dijeron a mis espaldas… Como me acuerdo de tanto dolor y tanto amor, que a la larga, es lo mismo… Como me acuerdo de aquel tiempo en que el amor que desprendía era puro e inocente, sin malicia… Como me acuerdo de mis hermanos y primo Fernando, entre mis vivos, y de mi tío Fernando y mi bisabuelo Enrique, entre los que me dejaron ya… Como me acuerdo de tus calles y edificios… Como me acuerdo de todo lo que me dijiste y de todo lo que callaste. ¡Ay, Cómo me acuerdo!

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Interludio - Hidden Sun by Scorpio Girl

Posted by Juan K Peña on sábado, noviembre 15, 2008

When the sun don’t shine
remind me you’re my star
When the sun don’t shine
remind me you’re by my side
When the sun don’t shine
remind me you hold my hand
Sometimes my head is not in its place
And forgets to remind and reminds to forget
And things are not as I would like
Just because my sun don’t...

Scorpio girl (Entre angel y demonio)

Para más de la misma autora: http://www.entreangelydemonio.blogspot.com/

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38. It's good to be back

Posted by Juan K Peña on viernes, octubre 17, 2008 in , , ,

Desde hace meses que voy soñando lo mismo cada cierto tiempo: Vuelvo a mi dojo a entrenar, me encuentro con ex-compañeros, y me preparo para recibir mi primera clase y entrenamiento en mucho tiempo. Son casi dos años sin entrenar. Y mientras más pasa (pasaba) el tiempo sin entrenar, más crecía la adrenalina en el momento de volver a pisar el tatami. En verdad, creo que mi sensei tiene la facilidad para comunicarse con nosotros, sus alumnos, de distintas formas.

En mi sueño siento el temor de volver a un entrenamiento tan fuerte y exigente luego de un período prolongado de ablandamiento. Es verdad, he perdido la dureza que me protegía. ¿Es que necesito protegerme? Supongo que si. Nadie me protege. Me encuentro solo ante mis retos y eso significa que necesito estar preparado para lo inesperado.

El miedo es una emoción normal y útil. Nos permite sobrevivir y protegernos de peligros. También puede involucrar la capacidad que tenemos los seres humanos de sobreponernos a nuestras emociones, ser capaces de controlarlas. Recuerdo que Jorge Valdano decía que no hubo un partido al que no entrase sintiendo un poco de miedo. Yo puedo decir lo mismo de mis partidos de competición o bien de cada uno de los entrenamientos con nuestro sensei.

Siento el temor de enfrentarme a mis temores, de enfrentar el dolor físico y alcanzar mis límites de rendimiento, talvez superarlos como lo hice una vez. No es fácil reempezar. Pero creo que es más fácil que empezar, en todo caso.

Este último domingo me llamaron para volver a entrenar. Fue bueno sentir el aprecio de mi maestro. Aunque hoy mis nudillos están totalmente lastimados, el dolor me cubre todo el cuerpo y sin embargo, tengo una sonrisa interna muy grande y no se me borra fácilmente. Fui capaz de superar mi sueño, de vivir mi retorno y de sentir el reto nuevamente.

Entrenar un arte marcial no es practicar un deporte. Un arte marcial es el desarrollo de sistemas de combate, guerra y lucha. Podrían incluir el uso de armas, por tanto no se trata de obtener una medalla o de ganar una pelea por puntos, sin menospreciar la práctica de deportes como el karate o el judo. La disciplina que se desarrolla con un arte marcial desarrolla la adaptabilidad de cada uno, por tanto se adquieren habilidades y capacidad que sirven para tiempos de guerra, pero también para tiempos de paz.

Mi lado animal, mi fénix interno volvió a arder y aunque duela, vale la pena.

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Interludio - El objeto de mi deseo

Posted by Juan K Peña on jueves, octubre 02, 2008
No me considero una persona materialista. He aprendido a ser ‘Superficial en lo profundo y profundo en lo superficial’ y creo que eso es un verdadero éxito. Pocos tenemos ese secreto. Creo que la vida no se basa en ‘tener’, pero creo que la comodidad, el placer, el saber deleitarse con ciertos placeres como ver una buena obra de teatro, disfrutar de una comida, escuchar un cd que contenga música extraordinaria requiere de recursos.

Esta mini sección no pretende ser un alarde de lo que tengo o dejo de tener. Sino más bien una ayuda. Me va a servir para enfocar que soy muy capaz de conseguir objetivos materiales, tanto como metas espirituales o emocionales.

El primero objeto de deseo es mi nueva laptop. Es una Toshiba Satellite A305. Con cámara, lector de huellas digitales, micrófono, etc. Creo que está muy por sobre mis necesidades, pero la idea es dar una respuesta tecnológica a largo plazo y creo que lo he logrado.

Si, claro, gracias a mi tarjeta visa, ‘porque la vida es ahora’. Finalmente, es mía. ¿Mi próximo objeto de deseo? Unas nuevas gafas y unas zapatillas de fútbol.

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34. Sobre la perfección masculina (Part I)

Posted by Juan K Peña on viernes, agosto 22, 2008
Nos separaba un océano, pero la distancia entre los dos se había hecho mucho mayor. La catalana ya no me quería y era evidente. ¿Se puede mantener una relación a la distancia? ¡Claro que se puede! Pero es una labor titánica, agotadora, y generalmente el esfuerzo rara vez se ve compensando.

Supongo que Carla debió haberlo pasado muy mal. Seguramente, le tomó mucho tiempo decidir que debía ponerle un punto final a nuestra relación (o cuasi-relación… whatever!). No sé si a la final ella fue más valiente, pero si fue mucho más práctica. Claro, lo que me sentó mal fue lo de a rey muerto, rey puesto. El detalle nada sutil de ponerse de novia de su mejor amigo el día de mi cumpleaños, a solo 10 días de haber cortado conmigo fue un golpe por debajo del cinturón.

Esto pasó hace ya siete años, pero creo que vale la pena recordarlo, porque aunque no me considero una presa fácil el día de hoy, en ese momento estuve a merced de mi cazadora. Generalmente, las relaciones tienden a deteriorarse porque uno deja de hacer lo que funciona. Dejamos de decir lo que decíamos, de hacer lo que hacíamos al principio, de reírnos como antes, de escucharnos y hablarnos como antes… Creemos que lo que se conquistó una vez, no necesita ser refrendado… Y entonces caemos. Y entonces, salimos a buscar en la calle lo que no se nos ha perdido.

Es sencillo. En esa época era joven y estúpido. Dejé que Carla me convirtiese en un tipo predecible y dependiente, lejano a lo que me había estado proyectando. Obviamente, ella empezó encontrarme así de predecible y así de dependiente. Dejé de ser estimulante. Cuando la persona que queremos deja de ser estimulante… Uno deja de ser uno mismo.

Carla se dedicó a buscar el que yo era en otros hombres, y creo que me encontró en su mejor amigo. ¿No es fascinante la paradoja? Me convertí exactamente en el hombre que ella quiso, y luego ella buscaba al que yo era antes, en otros.

La comparación aunque tácita terminó siendo dolorosa. Al estilo de Sex and The City, Carla decidió llamar ‘Mr. Perfect’ a mi reemplazo. Automáticamente, y aunque ella no me bautizó así, me sentí Mr. No-Perfect. Creo que al terminar de la forma que lo hicimos entré en una estúpida espiral de comparaciones con mi sucesor, en la que siempre salía perdiendo, porque es muy difícil hacer las cosas perfectamente todo el tiempo.

Obviamente, terminé superando el problema. El no era tan bueno como ella lo pintaba. Simplemente, Carla estaba experimentando una de las mayores dichas que una mujer puede sentir, como es el venerar a un idiota despreciable. (Citando a Philip J. Fry de Futurama).

¿Cómo lo sé? ¿Visceral como siempre? ¿Injusto?... ¡Alto ahí! Larga historia, corta. Es bueno señalar que lo que relato a continuación es tomado de la fuente original (CC, mi ex).

A la pareja se le ocurrió que no había nada más romántico que regalarse mutuamente una Play Station II, para Navidad. Cada uno tenía la suya. Como la mayoría de hombres que conozco, Perfecto se obsesionó con el Pro-Evolution Soccer. ¡A que ya no es tan perfecto!

Así que, ahí estaba la catalana (no es por ser despectivo, pero me encanta la canción de Memphis, Chau catalana!) sirviendo bebidas y snacks entre los competidores de la Copa de la Perfección, la Liga Perfecta, la Recopa del Todo 10, la Perfect Premier League, y muchas más. Importante decir que los campeonatos, se jugaban en dos ‘canchitas’. Es decir que el regalo de navidad de Carla, terminó en manos de los hinchas a muerte del Pro-Evolution.

Torneos y Competencias se quedó corto al lado del negocio que montaron. Pero, obvio, se necesita tener poca materia gris y sentido común para pensar que una noche de Pro-Evolution es el plan ideal para una chica. No se digan varias tardes y/o noches al mes.

En fin, la pareja terminó luego de un buen tiempo. Cuando Carla quiso recuperar su Play Station, se armó el cuento de nunca acabar:Es que no lo tengo yo, lo tiene fulano, que se lo dio a mengano, que se lo pasó a perencejo,… yo no fui, fue teté,… En la casa de Pinocho todos cuentan hasta el ocho,… Aquí puse y no aparece… Zapatito cochinito, cambia de piecito…, Todo lo que dije no es verdad…, que unos ladrones se robaron el local donde estaban los equipos… etcétera. ¡Pero, por favor! Por lo menos quinientos cincuenta mil hombres habíamos superado y con creces al modelo mismo de la perfección masculina. (Perdón! Per-dón! Me considero re masculino, pero bajo ningún concepto creo que sean conceptos compatibles la perfección y lo masculino… De hecho lo que más se acerca a la perfección es la femineidad).

Breves conclusiones


1. La perfección masculina es un invento. Un hombre que alcance la perfección se volvería loco, o sería aburridor. Lo perfecto es predecible, y lo predecible es aburrido. Con la mujer es distinto, porque mientras más se acerca a la perfección una chica, más torpe se vuelve el hombre común para predecir lo que va a pasar.

2. Si bien mi relación con la catalana fue difícil, dada la distancia que nos separaba, nunca fue una ‘tortura’ y menos se basó en la indelicadeza.

3. Nunca pretendí la perfección en ninguna de las chicas con las que he estado, o que he querido estar. De hecho, prefiero que tengan algunos defectos específicos sobres los que no voy a insistir hoy.

4. Odio el Pro-Evolution.
5. ¡Dije en el primer punto que la perfección masculina no existe! Me gusta el EA FIFA en todas sus versiones.

6. Nunca organizaría un campeonato en mi casa, y menos me aguantaría ver a mi mujer o novia de mesera en una de esas reuniones.

7. Si tuviese novia, no pasaría tanto tiempo en jueguitos de video.

8. ¿Regalarse las mismas cosas por Navidad? ¿De dónde salió esa idea? ¿Sesame Street?

9. ¡Las cosas de la novia no se presta ni a los hermanos de uno! Y mis cosas… se prestan a la novia, pero… de mala gana… jajaja.

10. Mi moral, mi autoestima, mi valor no la dictan ni mis antecesores, ni mis sucesores. Yo valgo por lo que soy y soy re groso. (Lector, repita el punto diez, diez veces antes de dormir, y diez al despertar).

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Interludio - Alimentando Canibales

Posted by Juan K Peña on martes, agosto 05, 2008
Mi cuerpo puede alimentar a 13 caníbales. En uno de mis viajes astrales a través del World Wide Web, enconré este sitio. Es interesante encontrar que soy útil para una cosa más, aunque totalmente inesperada. ¿Alguién quiere saber a cuantos alimentaría su cuerpo?


How many cannibals could your body feed?
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32. Y si fuera rico?.... Qué haría con 50 millones de dólares?

Posted by Juan K Peña on domingo, agosto 03, 2008

EL otro día leí que el Chelsea habría ofrecido 33 millones de euros por Samuel Eto’o al Barcelona. Esta cifra me recordó a una pregunta una vez me hizo una amiga. ¿Qué harías con 33 millones de euros? Son un poco más de 50 millones de dólares americanos, es decir unos 150 millones de pesos argentinos. ¡Una burrada! Yo no puedo imaginarme el espacio físico que esa cantidad ocuparía en billetes de 100. Sean pesos, euros o dólares.

Las posibilidades de obtener una cantidad así pasarían por ser el dueño de la carta pase de mi hijo y que este fuese un crack a lo Messi. O ganarme una de esas loterías europeas que tienen premios así. O que Bill Gates, en verdad, decidiese regalar su fortuna….

1. Creo que, de verdad, y al no saber qué hacer con tanto dinero, donaría por lo menos una cuarta parte para la Fundación Live Strong, de Lance Armstrong.
2. Otra cuarta parte la invertiría o inclusive donaría en la búsqueda de soluciones a problemas serios, tipo: Calentamiento global, falta de agua en el futuro o falta de alimentos.
3. Consultaría con mi novia que hacer con el resto del dinero. Supongo que con esa cantidad de dinero, tendría novia. Caso contrario, yo sería como Bruce Wayne ¿millonario, atractivo y soltero? Todo un Batman
4. Me gustaría desarrollar programas para niños de escasos recursos que combinen fútbol, educación y alimentación. Academias de Fútbol, que deberían tener una visión social.
5. Creo que quedaría suficiente dinero para que mis viejos cancelen todas sus deudas y puedan tener una buena vida. Me gustaría que mis tías salden todas sus cuentas también. Vería que mi tío Gonzalo y mi tía Ine tuvieran algo para tener una vida tranquila, y puedan darse sus gustos. Son gente que sabe disfrutar de la vida, pero que ante todo son sencillos por eso los quiero.
6. Crearía un fondo para mis hermanos, para cada uno, para que puedan estudiar lo que gusten y vivir bien. Lo mismo para mi primo, Fausto.
7. Me compraría una hacienda, una estancia o una plantación. Siempre me ha gustado la idea de trabajar el campo. Creo que es una idea que algún día he de desarrollar. Tengo miedo a la falta de agua y de alimentos en el mundo. ¿No se nota?
8. Diseñaría la casa de mis sueños. Grande, pero no inmensa. Supongo que la novia que ya tendría ayudaría con eso. Sería de ‘nuestros sueños’. Tendría espacios verdes suficientes. Una canchita de fútbol cinco, puestos a pedir una pileta y canchita de tenis. Unas seis habitaciones, un estudio con una buena biblioteca, una sala de juegos. Una cocina amplia…
9. Averiguaría algo que siempre hubiese querido mi novia, y se lo compraría. Sería necesario que mi novia no fuese una super modelo o actriz famosa, porque si no ya se lo hubiese comprado, probablemente.
10. Viajaría a lugares como Japón, Australia, Nueva Zelanda, Irlanda, Bulgaria, Rumania, alrededor de toda España. Intentaría visitar a muchos amigos allá.
11. Creo que luego de todo esto, aún quedaría mucho dinero. Eran 25 millones de dólares. Algo quedaría para invertirlo. ¡Qué se yo!, le pediría a Tomás, mi amigo, que me asesore. ¡Obvio que te pagaría, Tom! Con ese dinero viviría una vida tranquila.
12. Finalmente, me gastaría mucho más dinero en ropa, música, películas. Claro, sin exagerar.

Insisto en que el dinero no es mi prioridad principal. Es importante que no falte, pero creo, de verdad, que no me hace falta una cantidad así. Preferiría que esa cantidad esté mejor repartida. Y si puede elegir, entre vivir con dinero y alcanzar la gloria en lo que haga, pues lo segundo suena mucho mejor.


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31. A mis amigos... y a los que dejaron de serlo (Por el día del amigo) Julio 20-08

Posted by Juan K Peña on sábado, julio 26, 2008
Hoy viajé en mi memoria, viajé en el tiempo, casi cuatro años atrás. Aún no logro identificar… ¿en qué momento dejé de ser niño? (Talvez aún lo sigo siendo. Who knows? ) Pero, creo que tengo claro en que momento me volví un adulto.

Hace cuatro años decidí dejar mi ‘carrera’ de abogado. Decidí hacer lo que en realidad me apasiona. Quería vivir del fútbol, del deporte… En definitiva, alcanzar lo que Paulo denomina la Leyenda Personal… Convertirme en un preparador físico, como paso previo a realizar mi carrera de entrenador de fútbol profesional.

Posiblemente, para muchas personas ésta fue una de las decisiones más estúpidas que he tomado. Estos pertenecen al grupo de gente que formó, sin mi permiso, con alevosía, premeditación y nocturnidad, expectativas no demasiado grandes, sino diametralmente opuestas a lo que yo soy y a lo que puedo hacer. Pocos pensarán en la brillantez de mi decisión, pero creo que todos coincidirán en que fui valiente.

Me sorprendió el panorama luego de mi decisión. Me sentí completamente solo. Incluso, me sentí solo pese a que unos pocos me palmearon la espalda, felicitándome por el camino tomado. Parecía que la mayoría se empeñase en enviarme de vuelta al mundo del que me había querido escapar.

No pasé hambre, ni frío. Pero viví mucha angustia. No podría describir de otra manera la sensación de ver como mis ahorros desaparecían día a día, y todas las puertas parecían cerrarse.

Pero, sinceramente eso no era lo más desesperante. Poco a poco, mis números iban convirtiéndose en rojos y entre sueños y pesadillas, empecé a encontrarme con mi yo truhán y marginal. ¿A quién mato, a quién robo, a quien ejecuto, a quién me vendo para seguir viviendo y no volver a ese camino que no es el mío? Obvio, nunca maté, robé, ejecuté, ni me vendí…

Sin embargo, lo que más pesar me dio fue que muchas puertas ni siquiera se abrieron para ver que era lo que yo quería. Y yo no quería mucho, porque hay una diferencia grande entre querer y necesitar. Conforme me comía mis ahorros también descubría que tenía más amigos de papel de los que pensaba. La situación del país no estaba para tirar cohetes, pero creo que en circunstancias similares es legítimo esperar que un amigo te tienda una mano, especialmente si sabe que podrías serle útil, con mayor razón. Pero, no fue así.

A ratos uno mira películas tipo la Lista de Schindler, el Pianista, y otras películas sobre el Holocausto. No voy a negar la existencia del Holocausto… Pero es que ¿Sólo se da ayuda en circunstancias más extremas? No podía dar crédito a lo que películas así mostraban. Si yo era el Pianista, seguro que los nazis no me agarraban, ¡Pero me moría de hambre a la semana!

¿Has notado que los tiempos crisis sirven de cernidero? Si uno no sirve, se queda en la red. Si los amigos que uno hizo, no sirven también se quedan ahí, atrapados, y uno, eventualmente, pasa de largo y se encuentra solo. Si sirven, todos pasan. Así de sencillo, así de cruel y despiadado.

En momentos como esos un ‘¿Cómo estás?’ se vuelve una línea aprendida, una frase de cajón, un saludo tan vacío como ‘¡Hola!’, una obligación, porque a tu interlocutor no le importa tu respuesta sino pasar inmediatamente a la siguiente línea.

Si, es verdad, que en momentos uno tiene ganas de contestar. ‘¿Y a vos que putas te importa?’. Sobre todo ante tanta gente que te puede invitar a una boda para arrojarte su opulencia a la cara en los momentos que vos lo estás pasando ‘putas’, o gente que sabes que andan muy bien posicionados en sus empresas, en sus laburos, llenos de viajes around the world y te ven pasar nadando contra corriente y te preguntan ‘¿Vos, como andas?’. En verdad, prefiero a los otros que te ignoran de frente, como si de un día para otro te hubieses vuelto invisible.

‘Tenemos que hacer algo’. ‘Almorcemos mañana’, ‘Dale, yo te llamo’. ‘¿y, ya te casaste?’ Rara vez, no son frases dichas de memoria y no de corazón. Rara vez el entusiasmo invade la boca de quien las pronuncia. Y de repente, ya no hablamos más, pasamos a ser un icono del ‘messenger’ que acaba de iniciar sesión, con quien no nos atrevemos a hablar, a quien no le tenemos, ya, más nada que decir. Pasamos a ser un recuerdo de una tarde, de una anécdota, de un chiste inmediato que se volvieron únicas huellas de alguien que desapareció, probable y posiblemente, por combustión espontánea.

Luego, un día, sin más, te miran y te dicen:

- Has cambiado. Te noto distinto.

Y uno piensa, pero no lo dice, poniendo la voz mental en modalidad problemas de aprendizaje:

- DO-YOU THINK-SOOO?

Y creen que ya no existes más.

¡Pero no! Pienso, luego existo. Te meto un balón en profundidad, luego existo. Me reclaman que les pase el balón, luego existo. Me saludan mientras ceno con una mujer espectacular, luego existo. Ven que el mundo da vueltas y que uno ya no está más mal, luego existo. Estoy triunfando, la tengo más clara que nunca, luego existo. Y entonces, claro, somos ‘amigos’ de nuevo.

¡Pero no! Yo no deprecio una palabra tan linda como es ‘amigo’. Yo, más bien, la aprecio, la valoro, la saboreo y te la digo. Por eso, hoy doy gracias por mis amigos. Ahora, tampoco hay rencor alguno. ¿Cómo se puede aprender a diferenciar la amistad real de la que no lo es, si no? Por eso mismo, no hay bronca, todo bien con ellos.


Por eso, cualquier día puede ser el día del amigo para mí. Pienso en todos ellos, en los que se han perdido en el camino y los que siguen a mi lado. En los que he encontrado en este último año y los que donde quiera que estén siguen pensando en mí, acordándose de mí, de alguna forma.

Pienso en aquellos que trabajan conmigo, que me escuchan y que me leen, que me escriben y me cuentan, que hacen sonar mi teléfono para ver si estoy bien y si se me ofrece algo, pienso en aquellos que contestan mis llamadas y aunque no les vea en ese momento, los siento sonreír.

Gracias por los sacudones que hemos soportado juntos.
Gracias por pensar en mí y repetir mientras yo duermo ‘Hey, yo te cuidaré las espaldas’.
Gracias por ser mis padres, por ser mis hermanos, por ser mis compañeros de trabajo, por ser ‘mis comentaristas’. Gracias por ser mis compañeros en la cancha, y en las batallas que hemos perdido y ganado, y por seguir siéndolo en todas las que se vienen. Yo tampoco les dejaré solos, ni me olvidaré de ustedes, ni les diré frases de memorias, ni ignoraré sus angustias, ni fingiré demencia temporal aunque no sepa que decir.

A ustedes gracias chicos.
A ustedes, chicas, gracias, amores.
Mil gracias.


Ahhhh... Finalmente, como no voy a poner gráfico referente al tema, les dejo uno de 'Cómo confundir a un idiota', para que se rían un poquito.

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30. Ecos de una boda - Errores no forzados (parte I)

Posted by Juan K Peña on jueves, julio 17, 2008
De vez en cuando, y no es imprescindible que sea luna llena, me sale el entrenador de fútbol que llevo dentro. Entonces, me vuelvo mucho más cuidadoso de cada detalle, de cada paso que doy, de cada palabra que uso, del entorno, de mi gente y de la gente que me enfrenta o se enfrenta a mi gente. En realidad, es fascinante, porque siento que mis sentidos, de cierta forma, se agudizan, y me vuelvo mucho más fino No sé si con más clase, pero mis palabras adquieren una carga positiva que se llama profundidad, y una negativa que podríamos llamarle veneno.

Noche de boda. Se casaba mi prima. Tristemente, es poco lo que puedo hablar de ella, porque apenas la conozco. Había decidido mi vestimenta con suficiente anticipación. Traje negro, camisa blanca, corbata negra y tirantes. Un ‘look’ bastante clásico. Me decidí por un par de zapatos negros de punta cuadrada y el cabello muy corto, tipo Scofield en Prison Break, que es como lo estaba llevando hasta ahora (He decidido dejármelo más largo, nuevamente). En todo caso, lo importante era la impecabilidad y clase de la apariencia.

Me encontré con una amiga de mi hermano, para desproteger su identidad la llamaremos Caro y nos centraremos en algo que, como entrenador, me molesta mucho: los errores no forzados.

Caro se acercó. Sonrío y me saludó.

- ¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Viniste en representación de tu hermano?
- ¡Hola! No, yo vengo en representación propia. ¿Sugieres que solo estoy aquí porque mi hermano no está?
- ¡Jaja, nooo! Quería decir también en representación de tu hermano… Bueno, estoy por allá. Asómate más tarde
.

Error 1:

- Caro, vamos a bailar.
- No, es que voy a bailar con mi amiga. Pero te juro que luego te saco a bailar yo. Antes que acabe la noche, te saco a bailar.


No soy la última coca-cola del desierto, ni la última birra del estadio, pero creo que no todos los días se te acerca un tipo de presencia impecable, por más boda que sea. Las oportunidades que no se aprovechan, no se pierden. Las termina aprovechando otra persona.

Error 2

- Ok… No te preocupes! Todo bien!
- Te juro que yo te saco a bailar más después.

El 90% de las mujeres se queja del 99,9% de los hombres y su incapacidad de cumplir promesas. ¿Cómo pueden quejarse tantas mujeres de esto? Me refiero a que es muy fácil ver la paja en el ojo ajeno. Seas hombre o mujer, si te llenas la boca de promesas que no vas a cumplir o no puedes cumplir terminas diciendo un ‘chorro de babas’ (Me encanta esta expresión colombiana). Esto, solamente te deja como una persona vulgar. Creo que no hay nada peor que ser vulgar.

Error 3

Mientras Caro bailaba con su amiga, vi que mi tia estaba sentada sola. Siendo la nueva ‘suegra’ pensé que era bueno bailar con ella. No habían pasado dos canciones cuando Caro fue a ‘buscarme’ y viéndome ocupado soltó:

- ¿Ves? ¡Vengo a buscarte y te encuentro bailando!

Vale, como chiste buenísimo. 10 puntos. ¿Y cuanto pasó? ¿Dos canciones? Si pretendes que haces algo, pero no lo haces me voy a dar cuenta fácilmente. No nací ayer. Cuando vos ibas, yo ya regresaba dos veces.

Error 4

No contenta, dejó la pista de baile y fue rumbo a la mesa de mi familia y habló con mis viejos. Al sentarme en la mesa mis viejos me comentaron, cada uno y por separado, que Caro me andaba buscando.

- Vine a mostrarte tarjeta amarilla, Caro.
- ¿Por qué?
- A mí no me consigues a través de mis papás…


Si bien era una broma, encerraba una verdad indiscutible. Entiendo que ella pudiera estar acostumbrada a lidiar con niñitos de 25 o 35 años, y no con hombres de 30. Pero yo no tengo que pedir permiso a nadie, me mando solo, soy libre, independiente y autónomo. Va a sonar cursi, pero la distancia más corta entre dos personas es la línea recta, la verdad, y el único atajo que conozco la sonrisa.

Error 5

El baile se interrumpió para dar paso a los jueguitos propios de las bodas. El ritual un tanto tribal de los casorios en el que solteros y solteras participan, la música reinició. ¿Dijo que me iba a sacar a bailar, no? Sonaba de fondo The Love Generation de Bob Sinclair. Caro se acercó a mí.

- Chau! Me voy. Quedó pendiente para otra vez.
- Quedo pendiente para otra vez. Chau.


Repetí casi lo mismo pero al revés, sin la menor convicción.
No esperes segundas oportunidades, si desperdicias las pocas que tienes.

No pretendía, ni esperaba que nada pase en un posible baile. Simplemente, no entiendo ese comportamiento de alguien con quien no tengo absolutamente nada y que veré una vez al año exagerando. Hay muchas quejas sobre los errores no forzados de los hombres. ¿Qué me dicen de los errores no forzados femeninos? ¿No terminan siendo ‘forzadísimos’?


*En otra oportunidad analizaremos otros errores, tanto propios como ajenos. Lo importante es reirnos y aprender, no?

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Interludio - Mis parecidos... razonables?

Posted by Juan K Peña on miércoles, julio 16, 2008
Mucha gente debe conocer la página de My Heritage. Esta página brinda opciones interesantes, como la de realizar un collage, partiendo de una fotografía. El collage establece parecidos razonables entre la imagen del usuario y ocho personajes famosos. Muchas veces los parecidos no son tan acertados, otras veces las comparaciones son obvias o divertidas. Así alguien podría tener la quijada de Brad Pitt, los ojos de Bono, las orejas de Sofía Vergara… ¿qué se yo? Son varias posibilidades, y distintos los parámetros para establecer los parecidos.

Mis parecidos más destacados incluyeron:

Josh Duhamel (El retrato de Dorian Gray, 1999 y Transformers, 2007). Este actor es el actual novio de la cantante Fergie. Curiosamente, Josh actúa en Las Vegas, una de mis series favoritas, en el papel de Danny McCoy. Un personaje con el cual me identifico.


Michael Vartan (Nunca me han besado, 1999)

Ashton Kuthcher ( Dude, where is my car? , 2000; Recién casados, 2003; The butterfly effect, 2004; A lot like love, 2005) Asthon fue conocido por el personaje de Michael Kelso en That 70’s show, conductor de Punk’d de MTv, y por ser novio de la bella Demi Moore.

Patrick Stewart, este actor es muy conocido por ser el Capitán Jean-Luc Pickard en Star Trek o por ser el profesor Charles Xavier en las trilogía de X-Men.

Hubo otras opciones que varían entre: John F. Kennedy Jr., Usher, Denzel Washington, Julio Iglesias, Richard Gere, Brendan Fraser, Clive Owen… O mujeres!!! Si, sucede que algún parecido tiene mi rostro con los de Keira Knigthley, Jessica Simpson, Valeria Mazza, Norah Jones o Denisse Richards.

Vale la pena aclarar que no realicé ninguna comparación con fotos recientes. Prometo hacerlo más adelante, si hay algún lector o lectora con curiosidad. También vale la pena decir e insistir que los parecidos son razonables, pero no necesariamente significa que son exactos. Esta página no deja de ser una opción divertida de pasar el tiempo.

Creo que hay actores a los que puedo parecérmeles más como son el mismo Benjamin Bratt, que actúa en películas como Cat Woman, Miss Congeniality, E-Ring, Law & Order, entre otras. También creo que podría pasar como un 'Craig David' latino. Y algunos amigos españoles han dicho que me parezco al Pipita Higuaín, pero en versión morocha. O sea, como 'mejorado', como 'reloaded'.

Citando a una famosa, cerramos esta entrada: 'Lo dejo a tu criterio'.

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