1

31. A mis amigos... y a los que dejaron de serlo (Por el día del amigo) Julio 20-08

Posted by Juan K Peña on sábado, julio 26, 2008
Hoy viajé en mi memoria, viajé en el tiempo, casi cuatro años atrás. Aún no logro identificar… ¿en qué momento dejé de ser niño? (Talvez aún lo sigo siendo. Who knows? ) Pero, creo que tengo claro en que momento me volví un adulto.

Hace cuatro años decidí dejar mi ‘carrera’ de abogado. Decidí hacer lo que en realidad me apasiona. Quería vivir del fútbol, del deporte… En definitiva, alcanzar lo que Paulo denomina la Leyenda Personal… Convertirme en un preparador físico, como paso previo a realizar mi carrera de entrenador de fútbol profesional.

Posiblemente, para muchas personas ésta fue una de las decisiones más estúpidas que he tomado. Estos pertenecen al grupo de gente que formó, sin mi permiso, con alevosía, premeditación y nocturnidad, expectativas no demasiado grandes, sino diametralmente opuestas a lo que yo soy y a lo que puedo hacer. Pocos pensarán en la brillantez de mi decisión, pero creo que todos coincidirán en que fui valiente.

Me sorprendió el panorama luego de mi decisión. Me sentí completamente solo. Incluso, me sentí solo pese a que unos pocos me palmearon la espalda, felicitándome por el camino tomado. Parecía que la mayoría se empeñase en enviarme de vuelta al mundo del que me había querido escapar.

No pasé hambre, ni frío. Pero viví mucha angustia. No podría describir de otra manera la sensación de ver como mis ahorros desaparecían día a día, y todas las puertas parecían cerrarse.

Pero, sinceramente eso no era lo más desesperante. Poco a poco, mis números iban convirtiéndose en rojos y entre sueños y pesadillas, empecé a encontrarme con mi yo truhán y marginal. ¿A quién mato, a quién robo, a quien ejecuto, a quién me vendo para seguir viviendo y no volver a ese camino que no es el mío? Obvio, nunca maté, robé, ejecuté, ni me vendí…

Sin embargo, lo que más pesar me dio fue que muchas puertas ni siquiera se abrieron para ver que era lo que yo quería. Y yo no quería mucho, porque hay una diferencia grande entre querer y necesitar. Conforme me comía mis ahorros también descubría que tenía más amigos de papel de los que pensaba. La situación del país no estaba para tirar cohetes, pero creo que en circunstancias similares es legítimo esperar que un amigo te tienda una mano, especialmente si sabe que podrías serle útil, con mayor razón. Pero, no fue así.

A ratos uno mira películas tipo la Lista de Schindler, el Pianista, y otras películas sobre el Holocausto. No voy a negar la existencia del Holocausto… Pero es que ¿Sólo se da ayuda en circunstancias más extremas? No podía dar crédito a lo que películas así mostraban. Si yo era el Pianista, seguro que los nazis no me agarraban, ¡Pero me moría de hambre a la semana!

¿Has notado que los tiempos crisis sirven de cernidero? Si uno no sirve, se queda en la red. Si los amigos que uno hizo, no sirven también se quedan ahí, atrapados, y uno, eventualmente, pasa de largo y se encuentra solo. Si sirven, todos pasan. Así de sencillo, así de cruel y despiadado.

En momentos como esos un ‘¿Cómo estás?’ se vuelve una línea aprendida, una frase de cajón, un saludo tan vacío como ‘¡Hola!’, una obligación, porque a tu interlocutor no le importa tu respuesta sino pasar inmediatamente a la siguiente línea.

Si, es verdad, que en momentos uno tiene ganas de contestar. ‘¿Y a vos que putas te importa?’. Sobre todo ante tanta gente que te puede invitar a una boda para arrojarte su opulencia a la cara en los momentos que vos lo estás pasando ‘putas’, o gente que sabes que andan muy bien posicionados en sus empresas, en sus laburos, llenos de viajes around the world y te ven pasar nadando contra corriente y te preguntan ‘¿Vos, como andas?’. En verdad, prefiero a los otros que te ignoran de frente, como si de un día para otro te hubieses vuelto invisible.

‘Tenemos que hacer algo’. ‘Almorcemos mañana’, ‘Dale, yo te llamo’. ‘¿y, ya te casaste?’ Rara vez, no son frases dichas de memoria y no de corazón. Rara vez el entusiasmo invade la boca de quien las pronuncia. Y de repente, ya no hablamos más, pasamos a ser un icono del ‘messenger’ que acaba de iniciar sesión, con quien no nos atrevemos a hablar, a quien no le tenemos, ya, más nada que decir. Pasamos a ser un recuerdo de una tarde, de una anécdota, de un chiste inmediato que se volvieron únicas huellas de alguien que desapareció, probable y posiblemente, por combustión espontánea.

Luego, un día, sin más, te miran y te dicen:

- Has cambiado. Te noto distinto.

Y uno piensa, pero no lo dice, poniendo la voz mental en modalidad problemas de aprendizaje:

- DO-YOU THINK-SOOO?

Y creen que ya no existes más.

¡Pero no! Pienso, luego existo. Te meto un balón en profundidad, luego existo. Me reclaman que les pase el balón, luego existo. Me saludan mientras ceno con una mujer espectacular, luego existo. Ven que el mundo da vueltas y que uno ya no está más mal, luego existo. Estoy triunfando, la tengo más clara que nunca, luego existo. Y entonces, claro, somos ‘amigos’ de nuevo.

¡Pero no! Yo no deprecio una palabra tan linda como es ‘amigo’. Yo, más bien, la aprecio, la valoro, la saboreo y te la digo. Por eso, hoy doy gracias por mis amigos. Ahora, tampoco hay rencor alguno. ¿Cómo se puede aprender a diferenciar la amistad real de la que no lo es, si no? Por eso mismo, no hay bronca, todo bien con ellos.


Por eso, cualquier día puede ser el día del amigo para mí. Pienso en todos ellos, en los que se han perdido en el camino y los que siguen a mi lado. En los que he encontrado en este último año y los que donde quiera que estén siguen pensando en mí, acordándose de mí, de alguna forma.

Pienso en aquellos que trabajan conmigo, que me escuchan y que me leen, que me escriben y me cuentan, que hacen sonar mi teléfono para ver si estoy bien y si se me ofrece algo, pienso en aquellos que contestan mis llamadas y aunque no les vea en ese momento, los siento sonreír.

Gracias por los sacudones que hemos soportado juntos.
Gracias por pensar en mí y repetir mientras yo duermo ‘Hey, yo te cuidaré las espaldas’.
Gracias por ser mis padres, por ser mis hermanos, por ser mis compañeros de trabajo, por ser ‘mis comentaristas’. Gracias por ser mis compañeros en la cancha, y en las batallas que hemos perdido y ganado, y por seguir siéndolo en todas las que se vienen. Yo tampoco les dejaré solos, ni me olvidaré de ustedes, ni les diré frases de memorias, ni ignoraré sus angustias, ni fingiré demencia temporal aunque no sepa que decir.

A ustedes gracias chicos.
A ustedes, chicas, gracias, amores.
Mil gracias.


Ahhhh... Finalmente, como no voy a poner gráfico referente al tema, les dejo uno de 'Cómo confundir a un idiota', para que se rían un poquito.

1 Comments


que dice juanki este es mi blog hiphoprocky99.blogspot.com visita y pones cualquier coment

Copyright © 2009 KALEIDOSCOPIOS All rights reserved. Theme by Laptop Geek. | Bloggerized by FalconHive.