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28.¿Por qué escribo?

Posted by Juan K Peña on domingo, junio 29, 2008
*Al Gabo, por sus ochenta años... No es muy tarde.

Una vez leía que Gabriel García Márquez había dicho que el escribía para que sus amigos lo quisieran más.

Yo escribo para que la gente me conozca más,
para que algunos me teman más,
para que otros me respeten más
y me admiren más...,
para que otros me crean más.
Y para que me vos, que me lees, creyendo en mí, me quieras más.

Al menos en lo último me parezco al Gabo.

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27. Intento fallido de maduración espontánea masculina / (De lo superficial a lo profundo y de lo profundo a lo superficial)

Posted by Juan K Peña on miércoles, junio 25, 2008
Generalmente, nos vemos poco. Son pocos los minutos que ella tiene libre, y tampoco la busco. Sin embargo, debo reconocer que es una de las mujeres de conversación más inteligente y divertida que conozco. Eso es algo que la hace atractiva, sin duda. Creo que también se ve bonita cuando sonríe, aunque, definitivamente no es mi tipo.

Habiendo tantas mujeres lindas-lindas solteras, ¿por qué un hombre inteligente iba a fijarse en una, que no es su tipo, que tuviese novio y que tuviese un grado de jerarquía mayor al tener una relación alumno-profesora?

T fue mi profe hace algo más de un año, y desde entonces somos ‘amigos’. ¡Vaya pobre concepto de amistad! Solamente, conversamos cuando nos encontramos en sus ‘breaks’. Sin embargo, nuestras conversaciones siempre son divertidas e interesantes, por cortas que sean. De todas formas, no soy de los tipos que dicen ‘me gusta tener a mis amigos cerca, y a mis enemigos más cerca’. Soy más bien del tipo que gustan ‘tener a sus amigos cerca, y a sus enemigos bajo tierra’. (Próximo post intentaré escribir algo al respecto).

T no está en mi ‘círculo social’, un círculo que se ha desdibujado debido a muchas causas y que se vuelve más bien en una serie de puntos intermitentes, dada mi inminente mudanza a Argentina, mi versatilidad de gustos, hobbies e intereses y mi constante rotura de esquemas. Es difícil encontrar mujeres felices, de alta calidad y emocionalmente saludables. Creo que generalmente debemos conocer montones de mujeres antes de encontrar una que sea un buen ‘match’ para uno. Claro, lo mismo se aplica también para las mujeres, por lo que la paciencia es un factor clave y generalmente es una característica que escasea. Entiendo que empecé a ver a T como una mujer emocionalmente saludable, relativamente feliz y brillante, por lo que era divertido estar con ella. Pero, faltaba la chispa que se genera cuando a los elementos anteriores se les añade una carita linda y un cuerpo atractivo. En realidad, soy mucho más exigente con los rostros que con los cuerpos.


Debo admitir que me sorprendió el sentirme atraído por T, porque generalmente la atracción, para mí, comienza por lo físico, y físicamente no es que me gustase mucho. Como siempre ante lo nuevo, recuerdo haber actuado con fascinación ante esta situación. No suelo asustarme ante lo nuevo, aunque siempre hay la posibilidad de que uno haga movimientos en falsos cuando no estamos seguros de lo que viene. Hay que admitirlo, el ser humano en general y el hombre en especial, somos fanáticos de tenerlo todo bajo control.

¿Madurez? Estaba alcanzando la madurez al sentirme atraído por una mujer más por su capacidad intelectual, su perceptividad y buen humor? Espero que no. Siempre he tendido a creer que la madurez nos acerca al pudrimiento. Pero si pensé en un crecimiento interno, en que soy demasiado exigente y que posiblemente eso sea algo que no varíe mucho. Talvez me vuelva más paciente, pero no menos exigente.

Mi amiga Fer, me soltó hace poco:

- ¿No crees que vos tenés miedo al compromiso?

No. No es así. No tengo miedo al compromiso, tengo miedo a comprometerme con gente que no lo haga, o con alguien que no valga la pena. Un compromiso puede ser un lazo, un vínculo o una atadura. Todo depende del grado de convencimiento y compromiso que haya entre los que se comprometen.

Hace casi un año, quedamos en salir con T a almorzar un día, pero nunca se dio. Mis intenciones para ese entonces no iban más allá de comida y conversación. Ya me había pasado el ‘mini-crush’ para ese entonces. Es más, una cosa es sentirse atraído por alguien y otra muy distinta, tener un interés real. Debo conocer alrededor de 700 chicas de las cuales 500 serán atractivas, muy atractivas, y algunas hasta super modelos ¿Pero tengo interés en alguna? ¡Ja! Queda de tarea para la casa, la pregunta.

Pienso que T también se sentía algo atraída por mí. ¿Se explica de otra forma el mostrarse interesada en salir a almorzar y luego pensar que no sería conveniente? Yo lo entiendo: que las políticas de la institución (lo dijo), que había posibilidad que vuelva a ser mi profesora (lo dijo), que el novio se iba a poner como loco (no lo dijo), que considerando todo lo anterior y añadiendo la tensión sexual que generalmente sé producir, no convenía salir (esto es de mi cosecha). Me dio demasiadas excusas y yo no necesitaba, ni requería una. Hasta ese momento sentí que le estaba haciendo un favor a una mujer aburrida. ¡Me merecía una medalla al mérito, un aplauso, una palmada en el hombro, un ramo de flores, el reconocimiento público o al menos una carita feliz por parte de la profe por haber sido tan lindo, tan caballero, y tan amigo! ¿Podría ser que los límites de nuestra frágil amistad fuesen en una potencial salida-almuerzo fácilmente superados?

No soy partidario de ganarme problemas gratis. No importa, yo hice mi lista de cosas que no me atraían de ella: Fuma mucho, y yo ODIO el tabaco, ella tiene conceptos demasiado de ‘izquierdas’ para mi gusto, no nos gusta la misma música y claro, tiene novio, y por enésima vez, físicamente no es mi tipo.

Hoy abrí la ventana de mi clase. El humo del cigarrillo ascendiendo desde el patio principal me hizo mirar hacia abajo. Allí estaba ella. Me volví a preguntar sobre mi posible crecimiento interior y mi súbito cambio de parámetros en lo referente a las mujeres. ¿Me había vuelto más flexible?

Creo que tengo la respuesta y es algo que debo agradecerle a T, aunque no se lo diga. Creo que me lo clarifico. La respuesta es un rotundo no. Me he vuelto más exigente. Ahora no solamente me fijo en la belleza física, sino también la belleza en la mente, la química en la conversación, el entendimiento… No lo sé… ¡Son tantas cosas! Se podría escribir un libro al respecto, solamente que si me dedicase a escribirlo, posiblemente me demoraría mucho más en vivirlo y una de las pocas cosas que disfruto más que escribir, es vivir.

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26. Cómo conquistarnos en 10 días

Posted by Juan K Peña on viernes, junio 13, 2008
Haciendo zapping, me enganché con un programa de televisión, el reality show ‘Cómo conquistar a un hombre en 10 días… o no?’ Un programa conducido por un tipo que se llama Ronnie Arias. Si no es gay, es al menos bastante amanerado. Lo mismo que el ‘coach de modas’. Lejos de ser éste un comentario homofóbico, la pregunta es: ¿Qué tanto puede saber un afeminado o un gay de cómo conquistar un hombre heterosexual?

El show es sobre una soltera quiere una cita con el ‘hombre de sus sueños’. Ella lo mira desde hace tiempos, pero ‘él ni la registra’. Con la ayuda de una experta en actitud, de un experto en modas, de una experta en maquillaje y de un experto en peinados.

El reality me enganchó porque o la chica era una excelente actriz, o era muy transparente y estaba muy afectada por el chico y la situación en que ella misma se puso.

Primera escena

Gabiel aparece, solo, en una bar-restaurante. Un mago anima la noche con sus actos. Hace desaparecer a su asistente y aparece Flora, muy convenientemente, en su lugar.

Saludan de beso. Ella se sienta a su lado, conversan un poco. Son compañeros de clase. El se nota frío y distante. Flora dice estar ahí por un casting. Llamada al celu de Gabriel

- Hola bebé… Estoy comiendo.

Un saludo a una chica, acompañado de una mentira. Panorama poco favorable.

Segunda escena

Flora va con el video de la cámara escondida de la primera escena a pedir ayuda. Se le nota preocupada porque es claro que él casi no le da nada de bolilla. Recibe asesoría tipo ‘Esto resalta más tu cuerpo, esto va mejor con tus ojos’, ‘Tenés que sentarte así, mostrá más seguridad’. ‘De ahora en adelante vení a maquillarte acá’.

Tercera escena

Finalmente producida, Flora queda lista para un encuentro final con Gabriel. Al tipo lo invitan a un casting para una película. Ahí le avisan que no, que no es ningún casting que es un reality. El tipo, un poco más y va en pijama. La noticia le sienta fatal, se nota decepcionado y molesto.


Flora, por su parte, olvida todos los consejos por actitud y se ve muy nerviosa, suelta una que otra lágrima. Y encima le dan solo un minuto para que diga lo que piense.

- ‘Nunca me dijiste nada’.
- ‘Es que siempre te ibas muy rápido’.
- ‘Es que salimos muy tarde de clase’.


Totalmente ganadora la conversación!

Finalmente. Cuando todo apunta a que Gabriel, un nabo que ni siquiera tenía mayor presencia física, va a decir que no, el conductor le ofrece que si dice que si, se van los dos juntos a un hotel cinco estrellas, con todo pagado por tres días al Tigre. Obviamente, el tipo no tiene mucho que pensar. Puede irse a la casa sin trabajo y no volver a hablar con su compañera de clases. O irse de paseo con una chica totalmente producida, peinada, perfumada, totalmente loquita por él y disfrutar del premio y de la injusta que es la vida.

Conclusiones

1. No se puede conquistar a alguien si no se es capaz de al menos mantener una conversación con el o ella.

2. Sí se puede comprar a una persona y eso es cuestión de segundos. Se necesita saber el precio y tener el dinero suficiente para pagarlo.

3. La conquista en si es una trasgresión. Hay un quebrantamiento de un orden individual y para transgredir exitosamente hay que estar preparado.

4. No se puede transmitir lo que no se tiene. Eso es aparentar y si aparte de aparentar, se tiene que convencer, el esfuerzo es gigantesco y está en un 90% de casos condenado al fracaso.

5. Seguridad, postura, y convicción no son características que se adquieren con una clase, o a través de diferentes tipos de coaching. Es un proceso. Generar hábitos requiere de 90 días.

6. Se enfocaron en el ‘outer game’ de Flora. Como se podía ver mejor, pero no se enfocaron en el ‘inner game’. ¿Qué problemas tiene Flora? ¿Qué le falta para ser la mujer que ella puede ser y que quiere ser? ¿Cómo proyectar externamente esa mujer que hay por dentro, para que se vea atractiva a cualquiera, no solo a este chico Gabriel? ¿Por qué Gabriel era el chico de sus sueños? ¿Cómo es el chico de los sueños de Flora, en realidad? ¿Dónde están chicos así? ¿Es Gabriel todo lo que ella se imagina? ¿Cuál es la imagen que tiene Flora de si misma y qué imagen es la que ella quiere que los demás tengan?

7. En el amor, el que quiere comprar un ‘si’, está destinado al fracaso. El amor no se compra. De acuerdo con Paulo Coelho, una prostituta vende su cuerpo, pero reserva sus besos. Mi criterio es que ella hace esto como una manera de dejar algo para sí misma, una forma de sublimar un beso más allá del sexo, cargándolo de amor, de cariño, de ternura, de sentimientos . El beso, ella no lo vende.

8. Flora es una chica bastante tierna y es muy linda físicamente. ‘Nunca nos vemos’, ‘No hemos podido hablar’, etc. ¿No son síntomas de muchas relaciones propias de las grandes metrópolis? ¿Es que nos estamos quedando sin tiempo para las cosas más importantes, como son tomar café, juntos, sentarnos a mirar caer la tarde y hablar y hablar, como si sobrase el tiempo y fuésemos dueños de todo lo que nos rodea? ¿Será que lo urgente finalmente se impuso a lo importante? ¿Qué las tareas para mañana son más trascendentes que lo que siento hoy? Ya no hay tiempo para ser hombres, ya no hay tiempo para ser mujeres. Posiblemente, aún estemos lejos del fin de los tiempos. Pero sin duda, si es así nos preparamos para vivir tiempos más vacíos, aburridos y superficiales.

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24. Aprender a encontrar el equilibrio en una relación de pareja

Posted by Juan K Peña on martes, junio 03, 2008
Creo en el amor, por eso estoy seguro que aún no lo he encontrado.

Pienso que todas mis relaciones anteriores terminaron porque tenían que terminar. Talvez aun quiero creer que amor no era ‘solo eso’. Aún quiero creer que el amor tiene que ser algo más. No solo para mí, sino también para ella. Sea quien sea mi compañera, mi novia… Siempre quise mucho, pero nunca me he enamorado.

Creo en el amor, pero también creo en el equilibrio como la base de una relación. Equilibrio que viene a ser un concepto mucho más complejo del que inicialmente me imaginaba. Hombres arriba, mujeres abajo. Mujeres arriba, hombres abajo. Yo mando, vos obedeces. Yo sugiero, pero hacemos lo que vos digas. He visto de todo, pero siempre he tendido a sugerir la búsqueda de un equilibrio.

Para que las cosas funcionen, en cualquier lado hay que hallar ese punto de balance. También creo que este concepto debe ser manejado con pinzas. Entre dos personas siempre puede haber un punto de equilibrio, sin importar lo distantes o distintos que puedan ser. Claro, no siempre es cómodo o deseable alcanzar ese punto.

No me interesa saber cual sería mi punto de equilibrio con Paris Hilton.

El equilibrio es un punto en el cual situaciones, movimientos o fuerzas distintas u opuestas tienden hacia la anulación. El sentido del equilibrio en los seres humanos es lo que nos permite caminar sin caer. Lo vamos desarrollando cuando aprendemos a caminar y luego aprendemos a correr, saltar, realizar movimientos indistintos, bailar…

En el caso de las relaciones no podía ser distinto. Ese sentido de equilibrio es lo que nos va a permitir caminar sin caer. El punto de equilibrio siempre se encuentra en un lugar y momento distinto y es lo que dificulta las relaciones. Muchas veces pensamos en modalidad ‘ceteris paribus’, que significa ‘…permaneciendo el resto constante’. AQUÍ ES DONDE TODO SE VA AL CAÑO. Si yo estoy triste, si yo estoy de fiesta, si yo estoy cansado, si yo estoy de mal humor, si yo no quiero hablar… ¿por qué creo que el resto va a permanecer constante? ¡No es así! ¡Nunca fue así! Hay miles de variantes. No solo las mujeres cambian sus estados de ánimo, los hombres también lo hacemos. El clima, el aire, el día, el trabajo, el fútbol, la familia, los amigos… Las variantes rara vez permanecen estables y hay que ser casi un crack para saber donde está el punto de equilibrio cada nuevo día.

Creo que fue hace casi dos años, luego de mi ‘relación’ con Zeta que entendí que el punto de equilibrio no era un lugar y momento al que una pareja pueda dirigirse de por si. De hecho, muchas veces no encontré ese punto que puede ser tan importante como el G. Pero al menos, YO lo intenté. Sin duda, lo entendí, es tarea para dos, caso contrario las fuerzas no se equilibran y se tiende al fracaso, a la caída, al olvido. Es una labor de cada día en la que la memoria toma una tarea secundaria, porque lo que cuenta es que los sentidos estén alerta, es algo que se hace con la conciencia del que ama de verdad.

Hay veces que para que las cosas funcionen se requiere cambio de roles. Yo sugiero, vos también. Hacemos lo que vos digas, pero también hacemos lo que yo digo. Mandamos cuando sabemos, obedecemos cuando nos dejamos guiar. El resultado es el mismo, ganamos los dos. No es sano intentar encontrar el punto de equilibrio siempre en el mismo lugar, porque encontrarlo en un mismo punto es más una cuestión de probabilidad que de conocimiento del otro.

El juego del equilibrio se vuelve mejor cuando entramos en una relación donde vos y yo aparecemos lado a lado, pero alternamos roles. A veces estoy arriba, a veces estoy abajo, a veces te sigo, a veces soy seguido. Ojo, no perseguido. Todo lo demás, es una pérdida de tiempo.

Encontrar alguien que te mueva el piso, no pasa todos los días. Encontrar una mujer con quien hagas click, es todavía más difícil. Necesitamos estar igual de locos e igual de cuerdos y no siempre al mismo tiempo. ¿Quién dijo que era fácil? (Isn't God a funny guy?) Cada vez se puede encontrar más chicas con el corazón roto, en reparación, recuperación o reconstrucción, personas que no confían porque les engañaron, y cuesta mucho confiar en quien no confía. A veces, las expectativas que tenemos (esto me pasa frecuentemente) son demasiado altas. A veces, simplemente las cosas no se dan.

Creo en el amor. Y creo que un día me enamoraré y podré escribir sobre todas esas sensaciones que ella me provoque. Seguramente tendré la certeza que siempre me ha faltado de saber que esa es la última relación que quiero, la última relación que necesito. ‘Te encontré’. Y seré capaz de decir ‘te amo’, y de escuchar ‘te amo’ sin sentir que miento o que digo algo de memoria. Seré capaz de escucharlo sin sentir que me mienten o sin sentir que no lo merezco. Seré capaz de disfrutarlo. Seré capaz de entrar valiente, día a día, en la deliciosa búsqueda del equilibrio sabiendo que no estoy solo, sabiendo que ella tampoco está sola. Sabiendo que somos capaces de exigirnos y de ceder, de darnos y de ser. Sabiendo que vamos lado a lado, y que ‘en la calle codo a codo, somos mucho más que dos’(Mario Benedetti).

Entonces ‘vos y yo’ se encuentran en ese punto de equilibrio delicioso que se llama ‘nosotros’.

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