0

47. Vivir para contarla

Posted by Juan K Peña on lunes, diciembre 08, 2008 in , , ,

La vida no es la que uno vivió, sino la que uno
recuerda y cómo la recuerda para
contarla.

Gabriel García Márquez


Últimamente mi vida se mece entre la rutina y lo imprevisto. A veces necesito esa rutina, que no es rutina, sino un orden, una estructura para mantenerme seguro y apuntar al siguiente puerto. Pero también amo la locura de lo imprevisto… Quiero saber ¿hasta donde puede llegar mi cuerpo, hasta donde puede llegar mi alma, y hasta donde mi mente va a tolerar tanta ambición de las dos? Empiezo a preguntarme si el terreno que va más allá del dolor es lo suficientemente amplio como para que valga la pena visitarlo, quedarme un rato y talvez traer recuerdos para la familia. Mis sentimientos siguen siendo imprevistos, pero aún se mantienen en una tibieza que no termina de convencerme. Tan tibios son que no me interesa la opinión de la mayoría de mis interlocutoras en este tema.



Quiero seguir saliéndome del promedio, de la fila, del guión y de la ruta..., crear una historia distinta, que valga la pena ser contada, narrada, repetida, porque eso es lo que cuenta ser protagonistas de nuestras vidas, y de vez en cuando de la vida de alguien más. Quiero seguir saliéndome con la mía. Creo no estar loco, aunque mucha gente piense lo contrario. Mejor dicho, admito mi locura, solamente como un paso previo, ineludible y muy necesario de la genialidad. Por tanto, se que mi locura es tan posible, en la medida que lo es mi genialidad. ¿Mejor rechazamos las dos cosas?

No estoy desquiciado, pese a seguir entrenando y peleando con un codo dislocado. No estoy desquiciado por haberme liberado de la práctica del derecho, no estoy desquiciado por no haberme enamorado hasta ahora. Más bien estoy algo ‘gafado’, por eso, por lo último. No estoy desquiciado por encontrar altamente sosas y desabridas las fiestas de esta ciudad. Amo la vida y amo los toros de lidia, pero corriendo libremente por los pastizales. No entiendo la música repetitiva y ensordecedora con el desencanto y tristeza propios de los acordes andinos en un autobús destartalado en un clima que no pasa los cinco grados como un elemento imprescindible para disfrutar de una fiesta. Eso, entre otras cosas…

No estoy desquiciado por pensar que tengo derecho a aspirar a una vida más rica y profunda que la que he llevado hasta ahora, o inclusive más rica y profunda que la de muchos que me critican por esta decisión. No estoy desquiciado por ser sumamente selectivo, especialmente con las mujeres. A lo mejor, si estoy loco, pero disfruto de mi locura y si me dejas te haré disfrutar de ella hasta volverte loca.

No respiramos el mismo aire, ni respiramos igual. El agua que bebo es distinta a la tuya. Mi agua sabe a verdad… talvez porque me sabe distinta a todo lo demás. No somos iguales y sin embargo, estamos aquí, tan cerca y tan lejos. He recorrido muy poco del mundo, pero mucho de mi mundo. El saber perder la razón, me ha dado mil razones para seguir, para volver a creer aunque solo en vos, aunque ya no en vos. ¿Hola? ¿Con quién hablo? ¿Por qué colgaste? Sabía que eras vos.

Quisiera saber cuando voy a morir. Me quitaría todos los miedos de una vez por todas que hoy puedo tener de una vez por todas. Creo que sobreviviremos a nuestros malos gobiernos, o excelentes desgobiernos. Creo que aún creo en algunas cosas y en algunas personas. Creo que aún creo en vos. Y, sobre todo, creo en mí.

He estado demasiado tiempo bajo el agua. He camino suficiente sobre el fuego. He sobre pasado los límites de mi propio dolor y no hablo solo de mi alma… He estado solo lo suficiente como para llegar a disfrutar de mi compañía, de mi silencio y de una voz que habla desde dentro de mí y se expresa con una sabiduría que no me pertenece, sino a la energía del universo…

Estuve en un colegio católico que no logró robotizarme, he vivido en otras tierras, he pasado mucho tiempo lejos de casa, tanto que aún no sé donde quedó mi propia Ítaca. Tuve muchos amigos que se perdieron en el camino y tuve otros tantos que se perdieron entre sus obligaciones laborales y su afán de calzar en un círculo social distinto, pero obvio, nunca calzarán en esos círculos al ser tan cuadrados los pobres. También tuve tiempo para transitar los caminos del desamor, talvez me he quedado en esos pagos demasiado tiempo, pero he aprendido mucho sobre el amor también en esos oscuros terrenos… ¿Qué más puedo decir? Estoy bien, estoy re bien…Francamente bien. Tengo muchas ganas de ver que viene después, que más puedo contar, porque uno simplemente ‘vive para contarla’, recordando lo mejor que hemos vivido y como lo hemos percibido… Eso, y solo eso es lo que he vivido. A lo mejor he de intentar, proyectando mis sueños, contarla para vivirla…

Copyright © 2009 KALEIDOSCOPIOS All rights reserved. Theme by Laptop Geek. | Bloggerized by FalconHive.