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54. Aprendiendo a desprenderse, desaprediendo a retener...

Posted by Juan K Peña on jueves, abril 09, 2009
Hay muchas diferencias entre el ‘Juanka de hoy’ y el ‘Juanka del ayer’. No soy más el que mucha gente conocía y eso desconcierta y asusta, pero también atrae y desagrada. Y todo al mismo tiempo. Uno no es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo. Mucha gente tiene una necesidad casi incontrolable de ponerle un nombre, darle una definición a aquello que no conocen, creen que así podrán controlarlo. Pero yo no soy fácil de controlar. De hecho, aprender a controlarme a mí mismo me ha tomado más tiempo del esperado.

Ahora vivo en Rosario, Argentina y esto empieza a darle otra perspectiva a muchas cosas. Respiro otro aire, me rodea otra gente, la comida huele y sabe distinto, me pierdo en calles que no conozco, estoy feliz y solo. Han pasado los días de sorpresa, porque ya pasó el round de estudio. Mi pequeño depar ya tiene lo que necesito para vivir. Me cocino mi propia comida, y cada vez me confundo menos cuando quiero ir a algún sitio. Durante años me estuve preparando para este segundo nacimiento, venir a una ciudad en donde no conozco a nadie, donde cada contacto y cada persona me es nueva. Así me obligo a vivir sin máscara alguna sobre mi rostro, porque me olvidé si la cara que veía al espejo cada mañana era la mía o es que tantas veces me puse una máscara para soportar las máscaras de los demás, que me olvidé que yo llevaba una puesta.

En el camino tuve que aprender a desprenderme de muchas cosas, de muchos sentimientos, y de muchas personas… Es un camino que empezó antes… ¿En Ecuador?.... Mucho antes… ¿ En Estados Unidos? No hablo de lugares en sí, sino de momentos en mi vida de mucha turbulencia, y de constantes estallidos. No hubo Big-Bam, sino un grupo interesante de pequeños ‘bams’ estallando uno tras otro, y a veces, muchas veces, quemándome las manos.

Desperté del sueño de la máscara, porque me sometí a circunstancias extremas… Las mejores espadas se hacen a base de golpes, decía un gran amigo mío (John Moore). Es más que eso John, las mejores espadas se hacen a base de golpes, pero en un gran fuego. Sin máscaras, se vive ‘descaradamente’, con el desparpajo que un niño goza de su recreo en la escuela, como si naciese otra vez o como si se me ocurriese buscar una sonrisa al otro lado de una cuerda floja, cargado de una seguridad aparentemente ingenua, pero no lo es: Ahora sé hacer magia.

Me desprendí de muchas personas que parecían de importancia vital. Me desprendí de amigos que parecían muy necesarios, pero para los que simplemente les fui útil. No digo que me utilizaron, ni me estoy quejando de ellos. Sino que siempre me sentí una persona muy útil para otros: ‘Que valioso es Juanka’ ‘Un tipo valiente, un tipo fuerte, un tipo luchador, un tipo brillante, un tipo apasionado’. Juanka, el útil. Pero nunca Juanka, el necesario. Y a la larga, incluso aquellas personas que viven rodeadas de exceso, se terminan quedando solo con lo que necesitan. Y como no me necesitaban, pude irme.

En el último año me cerré al ‘contacto social’ más que en todos los anteriores. Pasé a ser un mero observador, y pude conocer a contadas personas. Creo que lo hice porque sabía que el momento de partida se acercaba, y alejarme de los pocos que me habían quedado ya era suficientemente duro. Así el desprendimiento se hacía más fácil, porque nadie dependía de mí, sino yo mismo.

Pero hoy me enfrento a la más dura de mis batallas. Y estoy sólo. Totalmente. Tanto que puedo aplaudir y detenerme a escuchar el sonido que produce mi palma izquierda, y lentamente diferenciarlo del que produce mi palma derecha.

Este video lo puso un amigo en Facebook hace algún tiempo. Es una conversación de Yoda con Anakin. No soy un gran fanático de Star Wars, pero si me gustan algunas analogías que hacen con las enseñanzas propias de los Samurais. Anakin estaba asustado por perder a las personas a las que amaba y vivía con esa angustia. Pero lo cierto es que la vida es muy frágil y que no tengo nada, y por tanto a nada puedo aferrarme. No me puedo aferrar a nadie, pues no hay nadie a mi alrededor ahora... El apego conduce a los celos, a la codicia...Hay que entrenarse para dejar de aferrarse a lo que 'queremos' y a todo lo que tememos perder. (Esto lo dice Yoda).

Creo que debemos aprender a dejar que ciertas cosas y personas dejen nuestras vidas. Y el aprender hacerlo no significa que vaya a ser fácil o indoloro, muy por el contrario puede ser muy doloroso, pero es simplemente aceptar que nos enfrentamos a algo que está bien porque es natural, pese al dolor que nos puede causar. Y sobretodo, debemos aprender a dejar salir de nuestras vidas aquello que debe salir, que merece salir o que quiere salir. Debemos dejar que partan aquellas personas que no tienen más energía para quedarse o que no quieren quedarse a nuestro lado. Solo cuando nos vaciamos estamos listos para recibir y llenarnos de todo lo nuevo que la vida nos tiene preparado.



1 Comments


El apego? muchas veces lo confundimos con amor o con atraccion,en realidad el apego es muy escabullidizo porque se va para luego regresar...Me paso, en mi vida, perder todo aquello a lo que mas tenia miedo de perder...perdi a mi hijo por decision de un 3ero...eso me hizo estar muerta en vida,perder mi brujula, mi saber hacer...estar a la deriva, despues recupere a mi hijo de nuevo en todo sentido,pero aprendi a despegarme del apego...aunque la sensacion vuelve y siempre tienes apego por algo o alguien...Creo que la mejor manera es convertir el apego en fuerza...en verdadero sentimiento..quizas el apego sea algo inherente a la condicion humana...es parte de tener sentimientos y mente...sabemos que es malo pero no sabemos bien como manejarlo...
Abrazo.-

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