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22. Adios a los Príncipes Azules

Posted by Juan K Peña on domingo, marzo 02, 2008
‘Toda mujer busca su príncipe azul’. Deben ser más de cien las veces que he visto, leído, escuchado y hasta he olido esa frase que no deja de parecerme una vulgar generalización. En definitiva, una mentira.

Primero, no toda mujer ‘busca’… Algunas encuentran sin buscar. Segundo, no todas se centran en un ‘príncipe azul’… Hay otras que no creen en la existencia de estos especímenes y otras que aunque saben que existen, no creen ellos. Para mí, estas últimas son las más interesantes, las que más han crecido; las que se dedican a vivir, a aprender, a sonreír, aunque sea después de llorar. Ellas son, precisamente, las que terminan encontrando hombres de verdad.

Recuerdo que alguna vez, cuando tenía cinco años, me forzaron a actuar de ‘Príncipe Azul’, y bailar con ‘Cenicienta’. No hubiese aceptado, a no ser porque me dejaron portar un arco y flechas de verdad. Desde pequeño ya tenía una ligera sospecha sobre el equivocado concepto que se escondía detrás del famoso Príncipe Azul.

Este personaje siempre acude al rescate de la ‘damisela en apuros’ y generalmente debe ingeniárselas para salvarla de algún maleficio o de cualquier problema en que ella se mete. La imagen de la dama en apuros es repetitiva en estos casos.

Si bien a la mayoría de hombres nos encanta jugar a que resolvemos problemas y sentirnos héroes, ¿Por qué yo habría de buscar alguien que tienda a meterse en problemas, que no sea capaz de resolverlos sola y sea yo quien tenga que apechugar con todo? Tampoco es fácil encontrar mujeres felices, de calidad y emocionalmente saludables.

Coraje, pureza, justicia, fuerza física y espiritual, inteligencia y pasión son las características que más se destacan. ¿Son esas características suficientes en un hombre de verdad? La historia del Príncipe siempre es la misma: La chica es rescatada de un estado de infelicidad, generalmente un maleficio, una bruja, un dragón, se enamoran a primera vista, y enseguida viene la boda como final feliz. ¿Alguien podría explicar que la boda es un nuevo inicio y nunca un final?

‘Lindos’ al punto de la metrosexualidad, románticos al punto del empalagamiento, los príncipes azules aparecieron por primeras veces en el siglo XVIII. En inglés como ‘The King Charming’, en francés como ‘Le roi Charmant’, ninguno príncipe, ambos reyes, pero empezaban a tomar las características antes mencionadas que para tres siglos atrás podrían haber estado muy bien, pero ¿en pleno siglo XXI?

¿Por qué Príncipe Azul? Este término según el profesor de Literatura, Severino Callejas, viene de un cuento titulado ‘El Príncipe Azul de la Lágrima’. Se supone que la realeza en sí era de ‘sangre azul’…. El ser de sangre azul, lo que significa no es otra cosa que tener la piel demasiado blanca, que te de poco el sol y palidezcas de tal forma que tus venas se vean azules. O tal vez se deba a la endogamia, -casarse o tener relaciones con mujeres de la misma familia-, lo que provoca enfermedades caridovasculares, y que la sangre tenga un color menos intenso. Es decir, que encima de todo, eran azules por enfermos o por ser hijos de primos que se casaron.

En ‘El Retrato de Dorian Gray’, el autor se refiere por primera vez, -con gran acierto y justicia- irónicamente al Príncipe Encantador, cuando Sybil, una actriz enamorada de Dorian habla de él como ‘My Prince Charming’. Dorian le cuenta a Harry que Sybil lo llamaba así, cuando éste le hace un comentario en son de burla, Dorian aclara:

‘ -No la comprende usted, Harry. Ella me miraba únicamente como un personaje de teatro. No sabe nada de la vida.’
( El Retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde, 1890).


Creo que esto es clave. Ella espera de Dorian un ‘príncipe azul’. El, un tipo extremadamente lindo, sabe que ella idealiza demasiado… porque él está consciente, más que nadie, de todas las miserias humanas que pueden esconderse detrás de su porte y belleza.

Otras variaciones del mito del Príncipe Azul incluyen, el que la chica tenga que besar un sapo que se transformará en aquel Príncipe. ¿Una poco sutil metáfora de que el enamoramiento hace desaparecer la parte fea de los hombres, por conveniencia y mientras dura el ‘encanto’? ¿No hay una película que se llama ‘Cansada de Besar Sapos’? Culpa de los padres que no le dijeron que lo del metrosexualito del Príncipe Azul era una patraña.

Es así como llegamos a Shrek, -con todas sus partes-, que son sátiras de la figura del Príncipe Azul, en donde los atributos metrosexuales del personaje, Encantador, son exagerados a más no poder.

He encontrado en ‘Fable’ la sátira perfecta en la que el Príncipe Azul pasa de un matrimonio a otro con Blancanieves, Cenicienta y la Bella Durmiente….

‘Nunca fui muy bueno en la parte de feliz para siempre… Fui criado para ser encantador, no para ser honesto…’. Dice el infeliz ‘Principito’.


Hoy en día, la figura de del ‘Príncipe Azul’, va desde el empresario o joven ejecutivo, con cabello engominado, traje oscuro y corbata al abogado, al doctor, al arquitecto o publicista.... Este príncipe azul urbano, que varía su edad entre los 25 y 30 años, parece tenerlo todo en la vida. Muy lindo departamento, muy lindo auto, muy linda ropa, lindas amigas, linda novia... hasta linda la otra.… Ser un ‘príncipe azul’, no se trata solamente de tener sino también de ser:

Insisto: Coraje, pureza, justicia, fuerza física y espiritual, inteligencia y pasión son las características que más se destacan. ¿Son esas características suficientes en un hombre de verdad? Sinceramente, creo que no. De hecho, me encantaría que mis hijos tengan todas estas características desde niños. Pero, seguirían siendo niños...

No voy a negar que más chico también me incliné a seguir ese modelo. Talvez por eso me gusta tanto la película de Heath Ledger, ‘A knight’s tale’ (Corazón de Caballero, 2001). Me siento identificado con la idea de que solo se llega a ser lo que uno quiere ser, cuando dejamos de aparentar lo que no somos… Creo que eso si diferencia a un hombre de verdad de un príncipe azul.

Hoy, estoy mucho menos príncipe pero mucho más hombre. Hoy estoy mucho menos azul y más morocho que antes. Hoy estoy mucho más lejos de modelos y parámetros ajenos, más sujeto a mi propia medida. Más feliz

Al fin, yo fui criado para ser más honesto que encantador… Sin llegar a ser aún el hombre que quiero llegar a ser, -que puedo llegar a ser-, estoy lejos, muy lejos del príncipe azul. Y me siento a gusto, muy a gusto.

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