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18. Cecé y el Síndrome de Patito Feo.

Posted by Juan K Peña on domingo, febrero 03, 2008
Hace unos años salí con una chica muy bonita. Tenía un ligero parecido a una joven Sandra Bullock. Pongamos que hablo de Cecé. Ella era muy bonita, como Sandra Bulllock independientemente de que sea joven o no. Tenía una vida envidiable. Pocas familias pueden soñar con un millón de dólares en ganancias netas al año, pocas chicas pueden viajar, con la facilidad de CeCé, alrededor del mundo; pocas pueden contar con un trabajo seguro en una empresa sólida, propiedad de la familia y gozar de muchísimos de los beneficios que conlleva ser hija de una familia de clase acomodada en Europa.

Cecé tenía un grave defecto y los defectos aunque los sufran también terceros, son siempre una mayor carga para uno mismo. Cecé tenía la moral muy baja. Estoy seguro que aún la tiene, aunque no he vuelto a hablar con ella. Su defecto, algo común en algunas chicas adolescentes, era el verse menos bonita de lo que en realidad era. Claro, Cecé exageraba. No importaba cuanto escuchase de mi boca lo bella que me parecía, sin contar con los múltiples halagos que recibía de propios y extraños. Elogios iban y venían de obreros en construcciones, de sus 'mejores amigos' - quienes merecen un capítulo aparte-, de desconocidos, de artistas -de la talla de Ariel Roth-, o incluso familiares.. ¡Y ojo que no la engañaba! Creo que ninguno de los que le dijo alguna grosería intentando hacerla sentir guapa, ni los que usamos las palabras más precisas para hacerla sentir bien, bella y querida nos equivocábamos en apreciar su belleza. Nadie la engañó, menos yo. Simplemente el problema no estaba en mi apreciación de la belleza, sino en su propia apreciación.

El problema se puso peor cuando me empezó a pasar factura de su propia inseguridad. Y eso que su inseguridad data de al menos 5 años A.C. -Antes de Carlos, así me llamaba ella-. Si yo opinaba que Araceli González o Mónica Bellucci eran mujeres hermosas, era razón suficiente para sentirse patética. Si yo decía que me alegraba porque a Natalia, una amiga, la contrataron para ser el rostro de alguna empresa de publicidad, iban dos razones para sentirse igual o más inferior.

Lo sospechaba entonces y lo sé ahora. Las mujeres como género son altamente competitivas, aunque no se atrevan a admitirlo. Cualquiera de ellas es capaz de reconocer en un salón repleto de congéneres a la más bonita. Inmediatamente intentan ordenarse en un ‘ranking’ imaginario. Generalmente el juez será el hombre, el hombre capaz de bailar o hablar con la ‘más’, claro.

Ese no es tanto el problema, supongo que hay algo de ‘biológico’ en eso. El problema es querer entrar en la competencia desde el autosabotaje, querer entrar a la competencia sintiéndose derrotada. Así, no importa quien nos diga lo lindos, inteligentes, valientes, fuertes o divertidos que somos si no nos lo creemos, si no lo entendemos y vemos así con nuestra propia percepción de poco servirá.

Cecé y su manía por compararse con Carrie Bradshaw con poco éxito, – Carrie, el personaje de la popular ‘Sex & The city’ es mucho más segura, empecemos por ahí -, la llevó a brazos de mi sucesor a quién quiso llamar ‘Mr. Perfect’. Tengo entendido que, según ella, ‘Mr. Perfect’ y yo nos la ingeniamos para destrozar su endeble moral.

Lo que Mr. Perfect haya hecho o dejado de hacer ‘me chupa un huevo’. –Sorry, pero simplemente me encanta esta expresión, sé que suena poco fino, pero es que… me lo chupa.- Solo puedo hablar por mí mismo.

En mi descargo:

Cecé era lo suficientemente valiente, mandona y tenía un encantador aire de paladina de la justicia que hubiese garantizado que reclame ante el menor conflicto o inequidad. Pero no, nunca me reclamó nada. No reclamó por el cariño bueno, poco o mucho, que recibió. Y si mis halagos no correspondían a la imagen que ella tenía de si misma, no es para nada culpa del 'artista',

¿Acaso el patito feo no pensó que los cisnes se reían de él y que los halagos eran sarcasmo? Exacto, ‘Síndrome de Patito Feo’ - Y no hablo de la telenovela-. Esto me recuerda, mis hijas o hija, que seguro serán preciosas, escucharán lo lindas que son de mi boca a menudo. La belleza es un estado mental, una persona que se siente bien consigo mismo, física, mental y espiritualmente lo refleja eso en su caminar, en su hablar y en su presencia.

Cecé sentía celos porque siempre estuve rodeado de chicas lindas. Siempre lo he estado. Para muestra dos botones: Mis hermanas. Eso es una suerte para un tipo que aprecia tanto la belleza como yo. Pero no es que yo no hablase bien de ella. Creo que mientras duró la relación estuve orgulloso de tenerla como novia, de cómo se veía y como se vestía con ese gusto tan distinguido que tenía.

¡Cecé no va a pasarme ese recibo que no es mío! Si el chico, Mr. Perfect se las ingenió para hacerla sentir gorda cada vez que Cecé se metía un bocado de comida a la boca, es muy problema de ambos. Era problema del tal Mr. Perfect, que lejos de hacerle honor a su apodo, demostró no tener idea de hacer sentir bien a la mujer que supuestamente quería. Es problema de Cecé, porque cuando estás seguro o segura de lo que eres, no necesitas que un tal Mr. Imperfect te haga sentir mal por lo que comes o dejas de comer. Se come para sentirse bien, para alimentarse, por gusto y por salud. No se debe comer para verse bien. Verse bien no es el camino, es la consecuencia de sentirse bien, de alimentarse bien y de ver por la propia salud de cada uno.

Para terminar un poco de sabiduría ‘Disney’, desde 'Diario de una Princesa’ una frase recogida de Eleanor Roosevelt, en la voz del ‘Hermano Juan K’:

‘No one can make you feel inferior without your
consent’
.

Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu permiso. Nadie. Ninguno. Nessuno. No one.

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